La Fundación del Niemeyer amplió, por cuarta vez, la denuncia que presentó por el descontrol económico de la etapa de Natalio Grueso. Y es, precisamente, al exgerente, al que afecta esta ampliación, ya que le acusan de haber pagado 150.000 dólares americanos a la Broklin Academic of Music por la representación de las obras "As you like it" y "The Tempest" en el Teatro Español de Madrid. "No consta que con la citada operación se obtuviera beneficio alguno para la Fundación Niemeyer, al contrario de lo ocurrido con Natalio", recoge la denuncia. Y es que dos años después de este pago, Grueso abandonó la dirección del Niemeyer y fue nombrado director de programación de artes escénicas del Ayuntamiento de Madrid (y, por tanto, del Teatro Español), con un sueldo de 80.000 euros anuales.

Y hay más. La Fundación del Niemeyer asegura que Grueso "revisó unilateralmente su salario, año a año, actualizándolo de forma continuada a pesar de que su contrato no contemplaba tal posibilidad". Y además lo hizo sin acuerdo alguno "por el patronato de la Fundación ni por su presidente". El abogado de la Fundación del Niemeyer considera que Grueso percibió indebidamente un exceso de 23.662 euros entre enero de 2008 y diciembre de 2011. También cobró el salario completo de enero de 2007 pese a que su contrato es del día 24 de ese mes. Y se excedió en el cobro de la paga extraordinaria del verano de ese año, ya que no se ciñó al periodo realmente trabajado.

Por último, la Fundación denuncia que Natalio Grueso transfirió a la que entonces era su esposa, J. P., 4.403 euros a una cuenta del Banco Sabadell, bajo el concepto de "consultoría diciembre". Y ella había declarado en sede judicial "que no había recibido dinero alguno de la fundación".

La denuncia del "caso Niemeyer" la interpuso en diciembre de 2012 la presidenta de la Fundación, la consejera de Cultura Ana González, quien denunció presuntas irregularidades por parte del anterior equipo gestor, liderado por Natalio Grueso. La entidad estaba entonces en proceso concursal derivado de una situación de bancarrota. González remitió al juzgado facturas con la sospecha de que Grueso su entonces esposa y un amigo de amigos (J.M.V., empleado de una agencia de viajes y principal firma proveedora del Niemeyer) habían disfrutado de viajes y beneficios derivados de la actividad del Niemeyer.