Un avilesino de 19 años acabó ayer en la Comisaría de la Policía Nacional por agredir presuntamente a sus padres, de 53 y 55 años, en su domicilio. El suceso se produjo en uno de los pisos del número 44 de la calle José Cueto, a escasos metros de las dependencias de la Policía Local de Avilés, que fue la que intervino en un primer momento tras recibir una llamada de la progenitora "pidiendo auxilio". Los agentes atribuyen al joven arrestado un presunto delito de violencia doméstica.

Fue en torno a las seis y media de la tarde de ayer cuando la jefatura de la Policía Local recibió la llamada de una mujer reclamando auxilio. Siempre según fuentes próximas al caso, la llamada telefónica se cortó de forma repentina y los agentes se desplazaron inmediatamente al lugar de los hechos. "Casi se oían los gritos desde la calle", señalaron las fuentes consultadas.

La Policía se encontró con que una discusión familiar entre un joven de 19 años, A. Q. R., y sus padres había acabado en un supuesto caso de violencia en el ámbito familiar. La vivienda presentaba destrozos en puertas y mobiliario ("presuntamente de patadas") y el matrimonio tenía lesiones (principalmente la mujer) de carácter leve, según la versión de la Policía Local. Las primeras pesquisas apuntan a que no es la primera vez que los progenitores son víctimas de hechos similares, según las mismas fuentes.

Los agentes de la Policía Local trasladaron al presunto agresor a Comisaría, donde según la misma versión también acudieron sus padres a presentar la correspondiente denuncia.

Alerta judicial

Los jueces avilesinos vienen detectando un repunte de casos de maltrato de hijos a padres en el hogar, como informó este periódico el pasado marzo. Y aseveran que este es un tipo de violencia doméstica de la que solo asoma la punta del iceberg. En los juzgados de Marcos del Torniello sostienen que los progenitores que son víctimas de amenazas e incluso agresiones por parte de sus hijos se resisten a denunciar y acuden a la Policía y a la justicia en situaciones límite.

Según la misma versión, los agresores suelen ser mayores de edad (un margen de edad amplio, hasta los 45 años, y con adicciones, principalmente), y las víctimas padres y madres mayores de 65 años. Algunos jueces advierten de que "las víctimas de la violencia doméstica tienen menos protección que las de la violencia de género".