La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Turistas holandeses y británicos pagan 150 euros por visitar el Cañón de Avilés

Las empresas de viajes lamentan la falta de barcos dispuestos a realizar travesías a la sima abisal, lo que abarataría los costes por trayecto

Un grupo de turistas en un catamarán, en una ruta ideada para familias y niños por el Cañón. LUIS FRECHILLA/WWS

En el cañón de Avilés viven algunos de los "gigantes del Cantábrico" que por su majestuosidad han cautivado a turistas británicos y holandeses que el próximo septiembre partirán con un guía del puerto de Avilés hacia las corrientes marinas que afloran de la gran sima abisal. Cada uno de los navegantes abonará alrededor de 150 euros por unas seis horas -incluida la travesía- navegando cerca de delfines, marsopas, ballenas, tiburones, alcatraces... La posibilidad de encontrar alguna de las criaturas que habitan en las profundidades marinas ya es, pues, un reclamo turístico. No obstante, la falta de barcos dispuestos a realizar este tipo de trayectos encarece el servicio.

Así lo asegura Luis Frechilla, uno de los responsable de la agencia Wild Watching Spain (WWS) que ofrece circuitos juntando como reclamo el oso pardo en los valles somedanos y los cetáceos en la sima abisal avilesina. "Este es un producto arriesgado a nivel empresarial y para nosotros el cañón de Avilés es, por el momento, un complemento porque los costes son elevados", sentencia Frechilla. Y agrega que "el potencial del Cañón es tremendo porque el avistamiento de diferentes especies está prácticamente asegurado, pero son necesarios cambios para que este tipo de actividades sean regulares". En otras comunidades las administraciones subvencionaron este tipo de iniciativas hasta convertirlas en un reclamo turístico sostenible.

Frechilla, no obstante, no se queja. Hasta el cañón de Avilés viajarán próximamente turistas holandeses y británicos que realizarán un itinerario pelágico que les permitirá observar a los "gigantes del Cantábrico" a poco más de un metro de distancia. Los visitantes conquistarán a los animales por el paladar: "Tiramos pescado que llevamos a bordo y en unas dos horas tenemos alrededor del barco a un montón de especies: delfines, grandes pájaros que se lanzan a por el alimento... Los turistas son espectadores de lujo y pasan unas horas emocionantes e intensas", recalca el empresario.

El filón turístico del cañón de Avilés también lo destacó la ahora alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín (PSOE), quien propuso levantar un centro de interpretación ligado a la gran fosa submarina. "El Cañón debe compaginar su riqueza biológica con la actividad pesquera, pero también con su aprovechamiento para otras actividades como la turística", dijo en plena campaña. Entonces explicó que la idea es que el aula tenga material audiovisual, fotografías y la aplicación de nuevas tecnologías para conocer la realidad biológica, geológica y zoológica de una de las simas más importantes del mundo. El cañón de Avilés es conocido por marineros, científicos y, ahora también, por pequeños grupos de turistas que desde embarcaciones privadas comparten unas horas con calamares gigantes y otras especies de la costa asturiana más abisal.

Compartir el artículo

stats