Los trenes que se fabricaron en Valencia encargados por el PSOE para el fallido proyecto de tren-tranvía para la barrera ferroviaria avilesina crían polvo en los almacenes de la empresa fabricante, han sido objeto de varias disputas judiciales y pueden acabar en México. Fueron unos trenes para los que nunca existieron las vías que les habrían permitido circular y que el gobierno de Zapatero publicitó como prueba irrefutable de que la eliminación del cinturón ferroviario de Avilés sería una realidad. Hoy, cinco años después, los modernos trenes que tenían como destino el proyecto ferroviario de Avilés, el de Langreo y el de León, duermen en un hangar.

El pasado lunes, la ministra de Fomento, Ana Pastor, del PP, revolvió las aguas dormidas de la barrera ferroviaria y prometió resolver el que ha sido un problema eterno en la ciudad. La polémica sobre las vías lleva abierta desde 1995. El 2010, el que fuera titular de Fomento, el socialista José Blanco. también hizo la promesa de una solución inminente y autorizó a que la empresa Feve -dependiente de su ministerio- sacase a licitación pública la construcción de cuatro trenes-tram para Avilés. La rocambolesca historia se encuentra ahora en el punto en el que el fabricante no ha podido cobrar por la construcción, los trenes no tienen vías para circular y el Ministerio se desentiende del encargo.

El concurso que convocó Feve en su día quedó desierto, por lo que se realizó una adjudicación directa que recayó en la empresa alemana Vossloh, con filial en Valencia. El 27 de enero de 2011 la empresa recibió el encargo de fabricar "cuatro unidades de tren-tram para la prestación del servicio de transporte de viajeros en la línea Cudillero-Gijón". Estos convoyes tenían como objetivo sustituir a los "trenes convencionales", y también permitirían "la circulación en Avilés en modo tranvía", como así informó Feve en una nota de prensa emitida en enero de 2011.

Cada unidad de los trenes debía estar compuesta por tres coches articulados de una longitud aproximada de 38 metros, con dos alturas de piso diferentes para su acceso desde las plataformas de Feve y para las nuevas del servicio de tranvía que estaba previsto construir en Avilés, además de un ancho de puerta más amplio que el común. Estas características, muy específicas, exigían reformas además en el sistema ferroviario avilesino para permitir el tránsito de estas máquinas. Los trabajos de adecuación de la red ferroviaria nunca llegaron a realizarse, pero los trenes sí fueron construidos. Con el cambio de Gobierno en 2011, y ya con Ana Pastor al frente del Ministerio, Feve intentó declarar nulo el contrato que había suscrito con Vossloh con el gobierno anterior. Así que dejó sin pagar los trenes. Según algunas fuentes, esta cifra rondaba los 34 millones de euros. Desde entonces, los cuatro convoyes están almacenados en los hangares que la compañía posee en Albuixech (Valencia), según pudo confirmar este periódico.

Feve y Vossloh se encuentran en un litigio a cuenta de la factura, por lo que tendrán que ser los jueces quienes decidan si son las arcas estatales las que deben pagar unos trenes para los que no existen vías preparadas para que circulen.

El pasado 19 de junio se conoció una sentencia de la Audiencia Nacional favorable a Vossloh, pero ha sido recurrida de inmediato por Feve. "Se llegaron a concluir cuatro unidades del modelo encargado por Feve. Desde entonces, hace varios años, las máquinas están apalancadas en los almacenes, de un sitio para otro, a la espera de que decidan qué hacer con ellas. Dos de estos modelos se modificaron con la intención de buscar un nuevo comprador, y se rumorea que pueden ser enviados a México en el plazo de un par de meses", explicaron a LA NUEVA ESPAÑA fuentes de la plantilla de la fábrica.

Esta situación no sólo ha supuesto un perjuicio económico para la empresa contratada, sino también para sus trabajadores. "Tras el problema con Feve tuvimos que negociar el convenio colectivo y las condiciones fueron muy duras. No ingresar ese montante para una empresa como la nuestra, que aquí en España factura entre siete y ocho millones de euros anuales, es un varapalo muy duro", aseguraron las mismas fuentes. ¿Quienes son los responsables? Para la ministra Ana Pastor, dos son los culpables: el entonces ministro José Blanco y el que fuera director de Feve, Ángel Villalba. Ante estas acusaciones, Villalba aseguró que "Feve no compró ningún tren-tram para Avilés ni gastó un solo euro con ese objetivo. (...) Sin el comienzo de las obras consiguientes Feve no podía encargar trenes, y no lo hizo", una versión que contrasta con la nota de prensa publicada por su empresa en 2011 y con lo que declaran los trabajadores del fabricante.

Fuentes de la empresa Renfe han asegurado a este diario "no tener constancia" de que se haya recepcionado tren-tram alguno con las características que presentaban los de Avilés. Por su parte, el Ministerio de Fomento alega que esta problemática corresponde a Renfe.

La historia de los trenes avilesinos se repitió en León y Langreo. En la localidad asturiana los recortes presupuestarios impidieron llevar a cabo el soterramiento y adaptación de las vías que permitiría la circulación de una dotación de trenes similar. Mientras tanto, en la capital leonesa las obras de trazado de Feve por el que circularían estos trenes se encuentran paradas, aunque el alcalde de León, Antonio Silván, anunció recientemente que los trabajos se retomarán el próximo mes de septiembre y aseguró que por el vial ferroviario de la ciudad circularán cuatro trenes-tranvía. Pero en tanto eso ocurra, el resumen de estas promesas es el de cuatro trenes sin uso y una deuda de más de 30 millones de euros que nadie quiere pagar.