El bajista del grupo "Sartenazo Cerebral", José Serafín Bartolomé, conocido en la escena musical como "Sera", descubrió atónito esta mañana a través del periódico que su familia y sus amigos le daban desaparecido desde el pasado miércoles. Según familiares del músico, la noticia que les inquietaba desde hacía días ha tenido un feliz desenlace: el "Sera" estaba bien, eso sí, pasando los días en casa de un amigo.

A través de un vídeo, José Serafín Bartolomé pide que le disculpen quienes se han preocupado por él: "Bueno gente, os agradezco a todos los que estuvisteis buscándome por ahí, que yo no tenía ni la menor idea". Luego, emulando a don Juan Carlos I en su petición de disculpas añade: "Me he equivocado y no volverá a ocurrir", dice entre risas. Después, se escucha a la persona que graba el vídeo decir: "Vamos a tomar un chupito".

José Serafín Bartolomé había desaparecido el pasado miércoles. Fue visto por última vez en la zona del centro comercial de La Carriona. Según contaron compungidos sus familiares en el momento de informar de su desaparición, "Sera", de 50 años, es un hombre muy tranquilo, conocido por todo el barrio de La Carriona y que "nunca había tenido problemas con nadie". "Es un chico muy serio y muy noble, nunca había desaparecido así sin decir nada", explicaba muy preocupada Erundina González, madre de Serafín.

"El miércoles estuvo por la mañana en el bar La Habana de la Carriona; cuando se marchó dijo que iba al local en el que ensayamos pero por allí no pasó porque cuando nosotros llegamos todo estaba como lo habíamos dejado el día anterior ", comentaba a LA NUEVA ESPAÑA Sergio Nieto, vocalista del grupo "Sartenazo Cerebral" del que "Sera" es integrante.

Esta mañana, el "Sera" se puso en contacto con su familia para decirles que estaba bien, tras descubrir que sus seres queridos le echaban de menos y que la Policía le buscaba, a raíz de la denuncia presentada por sus parientes. José Serafín Bartolomé habló con los compañeros de su grupo musical y volvió al bar La Habana a tomarse un café. Reconoció que el miércoles se había marchado de casa cabreado tras haber mantenido una discusión familiar. Pero mientras sus parientes se temían lo peor, él estaba disfrutando de la hospitalidad de un amigo.