El incendio en las inmediaciones de Alcoa volvió a reavivarse en la tarde de ayer. La virulencia del fuego aumentó con el viento y el calor, lo que complicó las tareas de extinción llevadas a cabo por los servicios de emergencia del Principado de Asturias. Al lugar del suceso se desplazaron dos dotaciones de bomberos de Avilés, tres de La Morgal y cuatro de una cooperativa forestal. El volumen de las llamas y la cercanía de las mismas a la factoría aluminera hicieron que la empresa movilizase a cinco trabajadores del servicio de extinción ante el inminente peligro que suponía el fuego. Los vecinos de la zona también mostraron su descontento y preocupación por la cercanía de las llamas a sus viviendas.

"Sólo actúan cuando hay llamas. Deberían realizar tareas de mantenimiento durante el año para no llegara esta situación. ¿Qué pasa si el fuego llega a nuestras casas?", explicó indignado Alberto Manzanal, vecino de Barredo, uno de los pueblos cercanos al foco principal del incendio. "Además de las pérdidas económicas que puedan registrarse se está causando un grave perjuicio a la flora y fauna de la zona", añadió.

En la misma línea, Emilio Alonso, también vecino de Barredo y extrabajador de Alcoa, achaca los continuos incendios a la falta de cuidados en los terrenos de la zona. "Cuando yo trabajaba en Inespal se limpiaban mucho los terrenos adyacentes a la fábrica, pero ahora están totalmente desatendidos y ante una situación como ésta el fuego es prácticamente incontrolable", señaló. Desde que se declarase el primer incendio en la zona el pasado 29 de junio, Alonso y su familia viven bajo la preocupación de que las llamas puedan llegar a sus domicilios. "A los bomberos se les está yendo la situación de las manos. Si una povisa salta al otro lado de la carretera el desenlace puede ser fatal", advirtió.

Pese a que un retén de los bomberos pasó la noche tratando de controlar el incendio y cavando zanjas cortafuegos, en el día de ayer resultó imposible extinguir por completo el fuego. Uno de los muchos problemas a los que se están enfrentando los servicios de emergencia es la dificultad de acceso a ciertas zonas afectadas, además de los continuos cambios de viento que hacen muy complicado predecir la dirección de las llamas. Además, el calor del subsuelo hace que el terreno sea propicio a desatar nuevos incendios.

Éste no ha sido el único fuego al que tuvo que enfrentarse el 112 de Asturias en Gozón. A las 13.41 horas una llamada alertó a los servicios de emergencia de que se estaba produciendo un incendio en la zona del cabo Negro. Al lugar del suceso se desplazaron tres dotaciones de bomberos y un helicóptero que lograron sofocar las llamas en, aproximadamente, una hora. La extensión del terreno quemado no superaba los cien metros cuadrados.