Dolores Conde Fernández, la mujer de 60 años a la que una juez avilesina le retiró la pensión de divorcio porque "optó por no buscar empleo", inició esta mañana su protesta delante de las puertas de los juzgados de Avilés. "Soy invisible, pero tengo derecho al pataleo", explicó esta mañana. "Seguiré aquí hasta que cierren, el próximo 1 de agosto. Lo que me ha pasado es una injusticia", añadió.

Una sentencia dictada esta pasada primavera dejó a Conde Fernández sin pensión de compensación porque, en opinión de la juzgadora, la mujer no hizo nada por formarse y "optó por no buscar empleo". "Esto no es cierto: dejé currículos en varios supermercados, pero soy mayor y las quieren jóvenes. Hice un curso de telefonista y otro de buscar empleo, porque en mis 24 años de matrimonio nunca había tenido que buscar trabajo. Me había dedicado a criar a los dos hijos y a cuidar de mi exmarido". La sentencia de esta pasada primavera ha sido apelada.