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Bitácora, la feria avilesina de la mar

Las malleras gozoniegas se reinventan

El taller de bordado de malla de la Asociación de Amas de Casa de Luanco lanza al mercado nuevos productos como pulseras realizadas con esta técnica artesanal

El tejido y bordado de las mallas de pesca es una labor artesana típica del concejo de Gozón, en especial de Luanco, donde la asociación de amas de casa ha decidido innovar los productos fabricados con esa peculiar técnica y, en concreto, ha comenzado a elaborar pulseras y ligas de novia de malla de pesca. Manteniendo también, eso sí, los formatos clásicos, como la mantelería o las cortinas.

El taller de labor de malla lleva en Luanco 34 años y según cuenta la profesora Carmen González, popularmente conocida como "Pirita", no se puede decir con seguridad cuándo comenzó a realizarse esta actividad en la zona. "No se sabe con exactitud, dicen que la labor de la malla vino con los balleneros irlandeses que llegaron a Luanco, pero esta costumbre es tan antigua como el propio pueblo", explica Pirita.

Tradicionalmente, con estas mallas se confeccionaban mantelerías, tapetes... Pero actualmente, este grupo de mujeres ha comenzado a elaborar otros productos; uno de los que más ha llama la atención en el encuentro Bitácora de Avilés son las pulseras que además destacan por su colorido. "Antiguamente se usaba más el color; no es nuevo, al contrario. Ahora utilizamos sobre todo el blanco y nos gusta meter color crudo", señala Pirita. La idea de estas pulseras, que según cuentan las malleras les suele ocupar dos tardes de trabajo, se le ocurrió a Delia Suárez, una de las alumnas del taller que ya piensa en algún otro producto para innovar la labor aunque aún no tiene nada especial en mente.

Las participantes en el taller, por lo general suelen hacer labor para ellas mismas o para regalar a sus familiares aunque también realizan cosas que donan a la iglesia de Luanco o a la basílica de Covadonga. "Normalmente no vendemos lo que hacemos, este es un taller de aprendizaje sin ánimo de lucro. Este año hicimos el sudario para el Cristo Yacente de Luanco", comentó la profesora.

El trabajo de las malleras es laborioso en extremo, ya que para hacer una mantelería pueden tardar varios meses. Esta cuidadosa y artesanal labor es ya un emblema de Gozón; según cuenta Pirita, en otros lugares como el sur de España también se trabaja la malla pesquera, pero no utilizan la misma técnica.

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