El Centro Niemeyer se ha convertido en una de la atracciones turísticas favoritas para los arquitectos que visitan Avilés. La obra del arquitecto Oscar Niemeyer, considerado uno de los personajes más influyentes de la arquitectura moderna, representa un emblema para muchos de sus colegas de profesión y un modelo a seguir para los universitarios que sueñan con seguir sus pasos en el futuro. Por eso muchos deciden acercarse a Avilés durante sus vacaciones única y exclusivamente a visitar el Centro.

"Esta es la segunda vez que vengo a verlo. La primera vine en moto hasta Avilés con unos amigos y nos acercamos a ver los edificios", explicó el barcelonés Aurelio Montarde. A pesar de conocerlo ya, aseguró sentirse igual de impresionado con la construcción que la primera vez. "Esta verano logré convencer a mi mujer y a unos amigos para venir a Avilés exclusivamente a verlo", apuntó Montarde.

Este barcelonés apasionado del Centro Niemeyer, comparte profesión con el genial brasileño. Por esa razón para elegir destino de vacaciones normalmente se guía por la arquitectura de las ciudades. "Así es llevar cuarenta años casada con un arquitecto: ver y tocar todo tipo de edificios", bromeó Balbina Nulet, esposa de Montarde.

Ambos estuvieron de acuerdo en que el Centro es una de las atracciones que más les gustan de la ciudad. "Ha sido un regalo para Avilés. Niemeyer es un icono de la arquitectura moderna y los edificios, emplazados en una zona tan agresiva como es la industrial, chocan por su pureza. Parece incluso una reivindicación. Es magnifico.", apuntó Montarde.

Otro de los curiosos que se acercaron ayer al Niemeyer fue Alexander Sasia, un joven cántabro que estudia primero de arquitectura. "Vinimos adrede porque me parece un edificio increíble. Sobre todo la cúpula", explicó Sasia. Él y su madre decidieron caminar ayer hasta el Centro mientras el resto de la familia disfrutaba del casco antiguo de la ciudad. "No podíamos dejar de venir. Es una construcción muy peculiar porque por fuera no parece lo que es por dentro. Además es un edificio útil", apuntó Laura Villanueva.

Además de turistas relacionados con el mundo de la arquitectura, también se encuentran en el Niemeyer a otros curiosos que acaban en el complejo por mera casualidad. Este es el caso del toledano Raúl Cano, que llegó ayer a Avilés tras recorrer Asturias de punta a punta. "Conocía el Niemeyer por fotos, pero no vine a Avilés expresamente para verlo", explicó Cano.

A pesar de las discrepancias en gustos y de la procedencia de los turistas, en lo que si estuvieron todos de acuerdo ayer fue en que el Centro Niemeyer es "sin lugar a dudas, la atracción más característica de Avilés".