La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

MANUEL IBORRA | Director del espectáculo "Legionaria", que se estrena hoy en Avilés

"Tendríamos que mirar mejor la política cultural, hay que aprender de los errores"

"Me he movido en el cine de una manera poco práctica, a mí me gusta mucho soñar con hacer cosas como esta 'Legionaria'"

Manuel Iborra, en la presentación de "Legionaria". RICARDO SOLÍS

El cineasta alicantino Manuel Iborra (1952) conversa con LA NUEVA ESPAÑA ante dos cafés con leche, un pedazo de bollo y un zumo de naranja. Iborra, que es autor de, entre otras películas, "Orquesta Club Virginia" o "Clara y Elena", ultimaba ayer en Avilés los detalles de "Legionaria", un soliloquio basado en una novela del escritor gaditano Fernando Quiñones que protagoniza la actriz María Barranco y que se estrena esta noche (22.30 horas) en el teatro Palacio Valdés, odeón en el que hace tres años presentó otro monólogo de primera envergadura: "Shirley Valentine", del británico Willy Russell.

-¿Y por qué Fernando Quiñones?

-Hace 25 años estaba buscando material para hacer algo en Andalucía. Había hecho la película "Caín" en Chiclana y me había quedado encantado de rodar en aquella tierra. Buscando, leí cosas de Gerald Brenan como "Al sur de Granada". Y me gustó mucho, pero un librero me animó a leer a Quiñones, que es un escritor poco conocido al norte de Despeñaperros. Bueno, pues leí "Viento sur", que es una colección de relatos que me sigue pareciendo extraordinaria. Quiñones como autor de relato corto está a la altura de cualquiera: de Paul Auster, de Paul Bowles o Julio Cortázar. Busqué un productor y lo encontré en Antonio Pérez, que luego haría "Solas" o "Nadie conoce a nadie". Compramos los derechos de varios relatos para intentar hacer una serie de televisión. Conocimos a Quiñones, le dimos los tratamientos de las seis historias, que es el trabajo previo al guión, y Quiñones me dijo: "Son horrorosos todos. Vamos a hacer una cosa: vente a Cádiz y yo te voy a llevar a conocer a los personajes en los que me inspiré para escribir los cuentos". Así nos conocimos mejor y así entendí aquello que Fernando contaba.

-En aquellos cuentos ya aparece la Legionaria, la protagonista de la obra.

-Hubo una época en la que Fernando Quiñones trasnochaba mucho, pero cuando se hizo mayor, en vez de trasnochar, se levantaba muy pronto, se ponía en una mesita de un bar al que iba mucha de la gente de la noche y alguna de la mañana. Así empezaba a apuntar lo que veía y escuchaba. Y así surgieron aquellos personajes tan particulares suyos, todos con un profundo deseo de libertad.

-O sea, que lo tenía claro cuando se metió a hacer "Legionaria".

-Sí, sí. En este oficio nuestro del arte cada uno busca una cosa: el éxito, la fama... Yo lo que he ido esperando es que me floreciera la historia de aquí, del estómago. Cuando quise dedicar mi trabajo a mi padre, me salió "Pepe Guindo", con Fernán-Gómez; cuando quise acordarme de mi madre, que murió muy pronto, hice "Clara y Elena". No sé por qué ahora Fernando Quiñones llamó a mi puerta. El productor Antonio Pérez y yo intentamos durante más de cuatro años pasar a cine una novela de Fatema Mernissi, pero no pudo ser.

-¿Por el dinero?

-Nos pasó una cosa bastante paradójica. El productor empezó a buscar dinero y lo consiguió de la Junta de Andalucía. También de Francia y, además, a un pequeño productor marroquí. Era la época de Zapatero y Televisión Española nos dijo que no. Un español consigue dinero de Francia, pero no de España. Tendríamos que mirar mejor la política cultural, hay que aprender de los errores. Tengo la sensación que la política cultural ha desaparecido.

-¿La hubo alguna vez?

-En la época en la que uno sueña, tienes la sensación de que, si no la hay, al menos lucha para que exista. No querría ser nostálgico, pero igual sí que existió. Con Pilar Miró, por ejemplo.

-Comenzó con comedias, se pasó a los melodramas... ¿Es una evolución pensada?

-Después "El baile del pato", me ofrecieron muchas comedias iguales, pero me incliné por "Orquesta Club Virginia". Cuando hice "Pepa y Pepe" me ofrecieron treinta o cincuenta capítulos más, pero yo quise hacer "El tiempo de la felicidad". Me he movido en el cine de una manera poco práctica, pero es que soy así, a mí me gusta mucho soñar con hacer cosas que me gustan mucho, como esta "Legionaria".

-Empezó en el teatro.

-Cuando llegué a Madrid, a los veinte años, me hice los cálculos: quería ser director de cine y, para ello tenía que dirigir actores. Por eso me metí en el TEI, nada más. Nunca quise ser actor.

Compartir el artículo

stats