Decenas de pequeños vestidos de romanos y griegos tomaron ayer la pista del polideportivo Jenaro Fernández Diego de Luanco portando confeti y guirnaldas por toda arma. El objetivo: pasárselo bien celebrando el Carnaval de verano, que dio ayer el pistoletazo de salida a las 17.00 horas con juegos infantiles. La actividad, programada en un principio en las inmediaciones de la Torre del Reloj, fue trasladada al polideportivo debido a la amenaza de lluvia.

La temática grecorromana propuesta por Festejos triunfó entre los más pequeños, que lucieron ayer impolutas túnicas blancas y cascos de guerrero. Otros muchos, sin embargo, decidieron optar por los disfraces más clásicos de superhéroe, princesa o pirata. Acompañándolos a todos ellos estuvieron personajes curiosos como Supermario Bross o el hombre forzudo.

Las actividades propuestas para estos carnavaleros se dividían en dos zonas. La primera estaba dirigida a los más pequeños, de hasta 4 años, y estaba compuesta de juegos como los bolos. Por otro lado, se encontraban los talleres de manualidades, dirigidos a los niños de entre 5 y 12 años. En ellos, los pequeños diseñaron desde guirnaldas de espino con material de goma hasta mosaicos con folios de colores, pasando por imitaciones de monedas griegas y romanas; eso sí, éstas de cartulina.

Uno de los talleres que más llamó la atención de los más pequeños fue el de "bullas", palabra con la que en la Antigua Roma llamaban a un colgante que llevaba dentro un amuleto que se ponía a los niños varones nueve días después de su nacimiento. En este caso, las bullas estaban fabricadas con barro y atadas con cordeles de colores. Dentro, los niños podían meter un papel con un deseo que quisieran que se cumpliese. Por esa razón, muchos decidían esconderlo de miradas indiscretas.

Tras los talleres, los niños pudieron disfrutar de música y baile al ritmo de un pinchadiscos que animó la fiesta hasta las 20.00 horas. Por otro lado, la Asociación de Amas de Casa preparó una chocolatada para todos los participantes.

Más de 200 fueron los niños que participaron en las actividades, según datos de la organización. Los pequeños tenían que estar previamente apuntados en la oficina de Turismo para poder participar, hecho que provocó polémica entre algunos padres, que alegaron desconocer el dato y pidieron a la organización que incluyera a sus hijos en los talleres. "Entendemos la sorpresa. Es el primer año que proponemos las inscripciones", explicó Alba Escandón, concejala de Juventud, que ayer se encontraba coordinando la actividad.

La edil comunicó a los padres que el no permitir la entrada de los niños no inscritos no se trataba de "un capricho". "El equipo de gobierno decidió hacerlo así porque lo consideramos más eficaz. El año pasado la cola para apuntarse in situ era de una hora y por ello los talleres no pudieron realizarse bien", explicó Escandón, quien añadió que no admitir a más niños era un asunto de "seguridad y buena organización".