En Corvera no llueve a gusto de todos. La posibilidad de que la firma canadiense Barrick Gold instale una fundición de cobre en los terrenos industriales del Llano de Solís (Corvera) disgusta a los vecinos de la localidad corverana, una iniciativa que sí agrada, y mucho, en otras poblaciones del concejo. El aumento en los niveles de contaminación, el impacto medioambiental y la desconfianza sobre el número de puestos de trabajo reales que crearía la factoría son los principales argumentos de los vecinos para rechazar la propuesta.

"No me gustaría que abriesen la fundición cerca de mi casa porque nos comeríamos toda la contaminación de lleno". Así de claro y rotundo se muestra José Ramón González, propietario de la edificación -una pequeña casa de fin de semana- más próxima al terreno en el que supuestamente se construiría la factoría impulsada por Barrick Gold.

"Actualmente ya nos vemos afectados por el polvo de las canteras cercanas, ya que el viento generalmente sopla hacia aquí, y lo que menos queremos es otro nuevo foco de polución", agregó González. Además, este vecino considera que el impacto de la nueva factoría también puede ser perjudicial para la flora y la fauna del pueblo. "Aquí hay una zona de aves protegidas, vemos corzos a menudo... Sería una lástima perder todo eso, porque tiene un gran valor", añadió.

Pero ni la posibilidad de que se creen 200 nuevos puestos de trabajo -esa es, al menos, la cifra que estiman los promotores del proyecto- parece convencer a González, que se muestra escéptico ante estos números. "No sabemos a ciencia cierta cuántos empleos van a crear ni a quién irán destinados. Entiendo que la situación económica actual es muy compleja, pero íbamos a perder todo este entorno y no sabemos muy bien a cambio de qué", sentenció.

En la misma línea, Maite Laucirica, también vecina de Solís muestra su rechazo al plan. "Ya tenemos un entorno bastante castigado por las fábricas y minas, y ahora quieren instalar una nueva factoría en un concejo que es mayoritariamente rural. Deben tener en cuenta qué es lo que opina la gente que se dedica a la agricultura y a la ganadería", aseguró esta corverana que afirma que la noticia no le pilló por sorpresa. "Llevábamos tiempo escuchando rumores sobre si iban a poner una nueva factoría en los alrededores, pero hasta ahora no habíamos tenido la confirmación de que existía un interés real".

"Si ponen una fundición de cobre vamos a tener que respirar un aire mucho más sucio y contaminado. En principio no me parece buena idea, aunque hasta que no se presente un proyecto serio no podremos valorarlo en su justa medida", apreció Javier Rodríguez, también vecino de Solís, que actualmente se encuentra construyendo una pequeña casa en la zona. Otra vecina, que prefirió ocultar su identidad, también mantuvo una postura similar a la del resto de habitantes de Solís. "Queremos conocer mejor el proyecto y saber quién está detrás. Presumiblemente los niveles de contaminación serán mayores, y puede que haya algún tipo de interés personal detrás de este movimiento", elucubró. Sí mostró firmeza al asegurar que "si la mayoría de los vecinos no estamos de acuerdo con la iniciativa, tendremos que movilizarnos".