La cotización del cobre en la Bolsa de Metales de Londres (LME) sigue el mismo camino descendente de otras "commodities" (materias primas) como el cinc o el aluminio. La multinacional Barrick Gold, que supuestamente habría negociado establecer en Corvera una fundición de cobre, vendió hace pocos días parte de su participación en la Compañía Minera de Zaldívar, en Chile, una de las principales del mundo. El pasado año, el negocio del cobre supuso para Barrick alrededor de un 12 por ciento del total de su cuenta de resultados. Es decir, "Barrick Gold parece que no está invirtiendo, si no todo lo contrario", señalaron fuentes empresariales consultadas.

El valor de la tonelada de cobre hace un año estaba a 7.000 dólares y ayer cerró a 5.000. La razón de esta caída, según los analistas internacionales, está en las polémicas decisiones económicas que está tomando la República Popular de China. Tan mal como el aluminio está el cobre, con la diferencia de que la tarta de este último mercado tiene muchos menos comensales que la del aluminio. China ha abierto de par en par sus puertos y desde el Lejano Oriente llegan toneladas de mineral que tiran el precio final de referencia. Esta situación la vienen sufriendo los productores de aluminio principales del mundo (Alcoa, entre ellos), pero también los del cinc, aunque, mitigado gracias a Glencore.