Aprender a hacer correctamente un stop, respetar un ceda el paso o circular de forma adecuada en una rotonda fueron las normas básicas de circulación y seguridad vial que aprendieron ayer en el colegio de El Quirinal más de 40 niños de diferentes colegios avilesinos en un taller incluido en las actividades educativas que organiza en verano la TIA (Talleres Infantiles de Avilés) y que fue impartió un agente de la Policía Local; también participaron dos miembros de DIFAC (Asociación de Discapacitados Físicos de Avilés y Comarca) y 24 monitores de la TIA que estuvieron en el Quirinal para colaborar en la realización del taller.

Para el desarrollo de esta actividad se habilitó una especie de circuito en el patio del colegio del Quirinal que contaba con varios elementos relacionados con la seguridad vial: una rotonda, varios cedas, stops, pasos de cebras y todo tipo de señalizaciones viarias. Para hacer el taller creíble, los niños, de 7 a 12 años, iban "motorizados" con patines, patinetes y bicicletas y circulaban en el circuito bajo las indicaciones y correcciones del policía local Mario Suárez. Los pequeños que no iban sobre ruedas hacían el papel de peatones y se paseaban con libertad a lo largo de todo el circuito. A los asistentes a la actividad también se les proporcionaron dos sillas de ruedas para que los niños se concienciaran de primera mano de la dificultad que entraña para las personas con movilidad reducida andar por la calle .

Yolanda Alonso, concejala de Educación del Ayuntamiento de Avilés, acudió a mediodía al Quirinal para presenciar el desarrollo del taller. "Estas jornadas de educación vial son una idea fantástica y pretendemos convertirlo en un programa estable", declaró la edil, que pidió el apoyo de la Policía Local para desarrollar más actividades de este tipo. "Además, esta iniciativa es positiva tanto para los pequeños como para sus padres", añadió.

Mario Suárez, el agente que impartió ayer el taller de seguridad vial, reivindicó la labor de la Policía Local, "que lleva impartiendo talleres de este tipo desde 1992". También destacó la utilidad de la iniciativa: "En actividades de este tipo los niños conocen las señales y se dan cuenta desde muy pequeños de los peligros que entraña conducir", expuso Suárez. "También sirve para educar a los padres, que muchas veces son más imprudentes que los hijos y así éstos pueden corregirles", concluyó el policía mientras llamaba la atención a un pequeño que había entrado en la rotonda sin respetar un ceda el paso.