"Vecino de Noreña y de San Juan de La Arena". Así reza la esquela de José Antonio Muñoz González, que murió sin poder demostrar ante Hacienda que la casa que tiene en el concejo de Soto del Barco es su primera vivienda y que en ella habita más de la mitad del año, que es el requisito necesario para desgravar por la hipoteca. José Antonio Muñoz y su mujer Josefina Díaz estaban enfrascados en una pelea administrativa porque el Fisco consideraba que gastaban poca luz y agua, y que por tanto la de La Arena no era su vivienda habitual, y sí la de Noreña, heredada, donde ellos aseguran que vive su hija. Por eso les exigía que pagaran, por el momento, 5.000 euros para devolver las deducciones hipotecarias. "Ya estaba enfermo, pero este disgusto acabó de matarlo", lamentó ayer su viuda.