Son 120 metros cuadrados de lija industrial usada, sostenidos por un andamio de tres pisos en su parte trasera. Y le han bastado a la artista Teresa Monforte para expresar su idea y crear "Cascada", una singular exposición, abierta al público hasta el próximo día 11 de octubre en el Museo Barjola de Gijón, cuyo elemento principal es una catarata en varias tonalidades que partiendo desde la parte superior del interior de la capilla de la galería, desciende hasta el suelo y se derrama por el vestíbulo, ocupando la totalidad del espacio expositivo. Sus pliegos de 1x 2'15 metros aportan una increíble dosis de realismo a una muestra que se completa a la entrada de la sala, con siete cuadros en los que de nuevo la lija es el elemento elegido por Monforte para plantear un interesante juego visual en el que se aprecian las diferentes texturas del material. Según su autora, la obra, "es muy ambiciosa y pretende hacer ver que los materiales nobles no son lo que parecen. Es una manera de demostrar que el ser humano es capaz de trabajar con ellos y transformarlos".

Monforte, artista gerundense afincada en Avilés, confesó durante la presentación, que su relación con la lija, un elemento básico en su obra, se inició de casualidad hace ya varios años, mientras se encontraba en una tienda de muebles. "Un día acudí a comprar uno y al ver un montón de papel de lija apartado empecé a pensar en sacarle una utilización provechosa; de modo que me las llevé y comencé a trabajar con ellas". En referencia al proyecto, la artista señaló que "se trata de un reto personal, ya que desde el inicio me propuse esta idea como una especie de salto al vacío. Es una manera de demostrarme a mi misma que puedo arriegar y hacer más, dar un paso adelante en mi obra con materiales no vírgenes, de deshecho".

La creadora de esculturas como "Naturalezas construidas", contó su "predilección por la lija de color negro", al tiempo que reconoció "su dificultad para dormir desde días antes a la inauguración debido a los nervios que le provocaba la apertura de la exposición" en el Barjola, museo al que acude "encantada y llena de ilusión". Asimismo, quiso agradecer la colaboración dispensada por el comisario de la muestra, Pedro García, que destacó "la pretensión conjunta de ocupar todo el espacio y resolverlo", así como la "predisposición y confianza en que el trabajo saliera correctamente" mostrada por la directora de la sala gijonesa, Lydia Santamarina, quien manifestó "su satisfacción e ilusión por el resultado obtenido. Hacía tiempo que quería ver una exposición de estas características en la instalación". Además, subrayó "la sensación que produce ver la cascada, sobre todo desde la parte superior de la capilla".