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Balance de la actividad asistencial en el área sanitaria avilesina

Urgencias atendió a 250.000 personas desde 2009, el 12% eran casos graves

Siete de cada diez pacientes que requieren atención urgente presentan enfermedades que no entrañan riesgo vital

Gabriel Redondo. RICARDO SOLÍS

Pacientes con esguinces, dolores de cabeza, retorcijones de estómago, brechas, infartos o traumatismos craneoencefálicos coinciden habitualmente en el servicio de Urgencias del Hospital San Agustín. En los últimos seis años han pasado por este área alrededor de 250.000 personas, lo que equivale a tres veces la población de Avilés. Aunque todos exigen atención preferente, los profesionales atienden desde 2009 a los enfermos de acuerdo al sistema de Triage Manchester, un programa que se utiliza en la medicina de emergencias y que se basa en el filtrado de los usuarios según prioridades de atención.

De este plan de atención se desprende que del total de pacientes tratados en los últimos seis años, el 12 por ciento son enfermos catalogados como graves, es decir, que requieren asistencia médica antes de diez minutos. Un uno por ciento figura como urgencias vitales. En este caso el tiempo es oro: la vida o la integridad física de los enfermos corren riesgo inminente, lo que significa que de no ser atendidos de manera inmediata podrían morir o sufrir importantes secuelas.

Los grupos más numerosos de pacientes que acuden al servicio de Urgencias del San Agustín son, no obstante, los catalogados en prioridad tres y cuatro, que suponen, entre ambos, el setenta por ciento del total. Estos son enfermos que presentan patologías que no entrañan riesgo vital y que, por lo tanto, pueden esperar más tiempo para ser atendidos. Quienes deben soportar mayores demoras son los incluidos en el grupo cinco, que pueden esperar hasta cuatro horas para recibir atención médica. Este grupo supone no obstante el tres por ciento del total. "Se trata de pacientes que no deberían estar en el servicio de Urgencias pero, a diferencia de otros hospitales, en el San Agustín recibimos a pocos enfermos leves", explica Redondo.

Con el "triage" se prima en cualquier caso la asistencia a los pacientes cuyas vidas corren peligro. Es pura lógica aplicada a la medicina. Pero todavía se puede mejorar. De esto hablarán precisamente los más de cien profesionales de diferentes países en los que funciona el "Triage Manchester" que se reunirán los días 1 y 2 de octubre en el palacio de exposiciones y congresos de Oviedo. "Se trata de una oportunidad única para compartir experiencias con los creadores del método y los mayores expertos en su manejo en España y en otros países europeos y americanos", precisa Gabriel Redondo, que es también el presidente del Grupo Español de Triage Manchester.

Redondo destaca que el futuro de este programa de filtrado de pacientes pasa por ser "cada día más finos". Se explica: "El triage tiene que adaptarse a los tiempos. Tenemos muy bien definidas las urgencias pediátricas pero quizá se necesite hacer lo mismo con la población mayor". El veinte por ciento de los pacientes que pasan por el área de Urgencias del complejo sanitario avilesino tiene más de 75 años y un treinta por ciento más de 65. "Clasificar bien a estas personas es fundamental, igual que es básico que alguien con una patología grave no sea catalogada como leve o a la inversa. En este sentido hay que estar trabajando continuamente", subraya. En el San Agustín una enfermera es la encargada de realizar las entrevistas de filtrado, que duran unos dos minutos. Tras preguntar a los pacientes por qué acuden a Urgencias, la profesional incluye a los enfermos en uno de los 52 grupos de filtrado que tiene el Triage Manchester. "Con las tres primeras respuestas del paciente ya sabemos la gravedad que presenta el enfermo", puntualiza.

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