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Los conflictos pendientes del centro de la ría

La agenda conyugal del Niemeyer

Natalio Grueso afirma al juez que la Fundación pagaba a su exmujer como consultora a sabiendas de los patronos y le atribuye a ella los contactos con Woody Allen

La agenda de Natalio Grueso que, según él, permitió al Niemeyer alcanzar una proyección internacional antes de su inauguración, era cosa de dos: de Grueso y de su entonces esposa, J. P., también imputada en la causa que indaga sobre las presuntas irregularidades en la pasada gestión del Centro Niemeyer. El papel de la hoy exmujer de Natalio Grueso fue clave para algunos de los éxitos del centro, según aseguró el propio exdirector del centro cultural en su declaración judicial el pasado lunes ante el juez. Por eso, el Niemeyer le pagó una cantidad de 4.403 euros en concepto de "Consultoría diciembre", pese a que J. P. había declarado también ante el juez que nunca había percibido dinero de la Fundación.

El papel que desempeñaba la entonces esposa de Natalio Grueso era "conocido por los miembros del patronato" y por eso se le pagaba. En un momento de la declaración judicial del pasado lunes, según fuentes jurídicas presentes en la sala, el juez preguntó a Grueso por una transferencia: en concreto la de más de 4.000 euros que el Niemeyer abonó a la entonces esposa de Grueso bajo el concepto de "Consultoría diciembre".

Grueso se acercó a la mesa del juez a analizarla y posteriormente, de vuelta a su asiento, señaló: "Sí, en la Fundación teníamos contratados colaboradores, con conocimiento del patronato, lógicamente, y se establecían unas remuneraciones", afirmó. También a preguntas del juez reconoció que J. P. era entonces su esposa.

"¿Qué labores de consultoría hizo su esposa?", preguntó el juez. "Pues básicamente conseguir que Woody Allen, ni más ni menos, hiciera tres estrenos mundiales de cine en Avilés, por ejemplo; eso lo hizo ella", reveló Grueso.

"¿Estaba contratada por la Fundación?", preguntó el juez, a lo que Natalio Grueso replicó: "No tenía contrato laboral, sino de consultoría. Pero eso se hace con el conocimiento de todo el patronato. Podrá ver en los periódicos fotos de ella con la Alcaldesa, con la consejera de Cultura y con el presidente del Principado; era una colaboradora más".

Más adelante, Grueso relató la "habilidad" que tuvo su equipo para conseguir que Avilés acogiese las representación de "Ricardo III" , protagonizada por Kevin Spacey. "¿Cómo lo conseguimos? Pues gracias a personas como J. P., que conocía perfectamente la maquinaria teatral. Kevin Spacey es amigo mío, perdone que lo diga así. ¿Por qué elige Avilés, una ciudad de 80.000 habitantes, viene aquí tres veces y hace ese estreno frente a grandes capitales de todo el mundo? Pues, señoría, porque el equipo que estábamos aquí lo hacíamos muy bien. Que alguien pretenda que eso es ahora un ilícito penal me parece asombroso".

Ante el juez, Grueso negó punto por punto el contenido de la ampliación de denuncia presentada por los actuales gestores de la Fundación del Niemeyer. Entre otras cosas, le acusan de haber costeado con partidas del centro cultural espectáculos que no se produjeron, presuntamente para favorecer su posterior contratación en Madrid. Concretamente, la acusación se refiere al pago por parte del Niemeyer de 150.000 dólares americanos a la Broklin Academic of Music por la representación de las obras "As you like it" y "The Tempest" en el Teatro Español de Madrid, que dos años después dirigió Grueso.

"Es una de las ampliaciones de denuncia más disparatadas que he visto en muchos años", empezó Grueso, visiblemente molesto, para luego exponer que el Niemeyer era (en su época) un centro de producción teatral y "para producir hay que invertir". Estamos hablando de ciudades como Nueva York, Londres, Hong Kong... y Avilés, que tiene 80.000 habitantes".

"Eso ya lo decía usted en el escrito", le cortó el juez, quien le preguntó cuál era el grado de conocimiento que tenía el patronato sobre esos contratos. "Absoluto", replica Grueso. "No es mi palabra, está en las actas".

Ante la petición de una explicación más minuciosa, Grueso señaló (siempre según las fuentes jurídicas consultadas) que uno de los diez puntos de trabajo del Niemeyer era precisamente el teatro. "Y dentro de ese apartado queríamos llevar a Avilés a un lugar más prominente a nivel internacional, y ese era el proyecto teatral más importante del mundo. Trajo unos beneficios muy importantes para esta ciudad. El patronato conocía perfectamente lo que hacíamos, está en las actas del patronato con felicitaciones entusiastas", añadió.

Y luego, Grueso enumeró las "carambolas" que le llevaron del Niemeyer a Madrid: "Tratar de ligar eso a que tres o cuatro años después me contraten de director del Español en Madrid... yo tenía que ser adivino: Saber que iba a ganar las elecciones Foro y destrozar el Niemeyer, que iba a ganar en Madrid el PP, que al Alcalde de Madrid (Alberto Ruiz-Gallardón) le iban a nombrar ministro de Justicia, que su segunda iba a ser alcaldesa (Ana Botella), que el equipo de Cultura iba a ser cesado y que iban a atraer a un señor que se llama Fernando Villalonga".

El juez preguntó entonces por la razón por la que esos pagos se fraccionaron, justamente por cantidades menores establecidas a partir de las cuales era necesario informar al patronato. Entre Grueso y el juez se produjo finalmente el siguiente diálogo:

-De todos los pagos de la fundación yo no era responsable-, señaló Grueso.

-Pero la elección de fraccionarlo, de no pagarlo todo al mismo tiempo sino en unas cantidades que no requerían el control...- pregunta el juez.

-No era por control, es por razones de tesorería.

-Esa decisión, ¿quién la adoptó? ¿Usted?

-No.

-¿Personalmente?

-No, no... yo no tomaba ninguna decisión sobre formas de pago.

-Pero, ¿quién la tomó?

-Pues no sé, en contabilidad sabrían el dinero que había y ellos fueron los que negociaron. Negociaron directamente con Nueva York, no con Madrid.

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