La feria de los saldos cerró sus puertas anoche con aproximadamente 18.000 visitantes, según la organización. En ediciones anteriores el número de entradas alcanzó las 20.000. Los que estaban tan satisfechos como en certámenes previos fueron los más de sesenta comerciantes que decidieron llevar sus existencias al pabellón de exposiciones de La Magdalena. "La gente estuvo muy animada durante todo el fin de semana", sentenció el responsable de una zapatería. Sus clientes, explicó, aprovecharon para adquirir zapatos de invierno de temporadas anteriores.

"En nuestro caso hemos vendido menos cantidad de productos pero artículos que años atrás no salían porque, a pesar de la rebaja, eran caros para algunos bolsillos como los sacos de marca para carricoches de bebé", destacó una vendedora. Los comerciantes, eso sí, lamentaron que los datáfonos no funcionaran demasiado bien en el pabellón de exposiciones de La Magdalena por falta supuestamente de cobertura. "Casi todo el mundo viene ya con tarjeta de crédito y en una feria de estas características tenemos que trabajar con datáfonos portátiles o TPV (terminal punto de venta)", agregó la empresaria.

El goteo de público fue constante en la feria de saldos organizada por la Cámara de Comercio durante todo el fin de semana. "Nosotros venimos a buscar ropa para la cría para la próxima primavera. La compramos grande, la guardamos y en abril o mayo la estrenamos", explicó una pareja que acudía al certamen ferial con una niña de apenas unos meses. El gran escaparate comercial incluía de todo un poco en 63 expositores, muchos de ellos dedicados a la ropa infantil y de bebé. Y los precios oscilaban según el sector y el producto con descuentos importantes en la mayoría de las etiquetas. Las dos ediciones anuales de la Feria de saldos se han convertido en uno de los mejores aliados tanto para el consumidor que ahora, más que nunca, busca calidad a buen precio, como para el comerciante, que encuentra un empujón para dar salida al género sin vender, al final de cada temporada.