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El director del Niemeyer declarará en el juicio contra los hosteleros del centro

El patronato exigirá a los gestores 82.774 euros por el canon, en un proceso que arrancará en diciembre con treinta testigos

Terraza de la cafetería del Niemeyer, con la torre al fondo. mara villamuza

La Fundación del Centro Niemeyer y los gestores de la hostelería del equipamiento cultural se verán las caras en el juzgado número 7 de Avilés el 17 de diciembre. La judicialización del conflicto que enfrenta a ambas partes es consecuencia de la decisión de la Fundación de reclamar en los tribunales las cantidades que considera que les adeudan los empresarios en concepto de canon fijo y canon variable: en total, 82.774 euros. Además, exige que se resuelva el contrato de concesión para recuperar las riendas de la hostelería. La parte demandada, la firma Fuentes del Atrio, no sólo rechaza tener que pagar esa cifra, sino que estima en 94.323 euros la que la Fundación les debe por las obras realizadas durante este tiempo. La decisión de acudir a los tribunales la tomó la anterior consejera de Cultura y presidenta del patronato, la socialista Ana González.

Cerca de 30 testigos, convocados tanto por la Fundación como por la empresa de hostelería, han sido llamados a declarar, incluso algunos por exhorto. Lo harán Carlos Cuadros -actual director del Niemeyer-, el coordinador de programación Borja Ibaseta y también el exviceconsejero de Cultura Alejandro Calvo. Los testimonios de Cuadros y Calvo fueron reclamados por la parte demandada, mientras que a Ibaseta lo solicitaron ambos. Además, están llamados en calidad de testigos diversos técnicos de mantenimiento y de empresas auxiliares. La parte demandada presentará el informe pericial de un arquitecto para intentar demostrar las malas condiciones de las instalaciones.

Las quejas de los hosteleros parten de antes incluso de que se hicieran con el contrato -mediante un concurso en el que Fuentes del Atrio sólo tuvo un competidor-, ya que Enrique Martínez Ondina y su hija Laura Martínez afirman que no recibieron toda la información pertinente. Y que incluso fueron engañados, porque se les comunicó que había mucho más equipamiento y mobiliario que el que realmente encontraron. Y, por eso, tuvieron que hacer inversiones que no tenía previstas, empezando por sillas, con la promesa de los responsables de la Fundación de que quedarían compensadas con la condonación del canon, según aseguran los empresarios.

Sin embargo, la Fundación considera que los hosteleros han estado haciendo negocio desde mayo de 2014 "de gratis", esto es, sin aportar las cantidades comprometidas en concepto de canon. Sea como fuere, las versiones están enfrentadas.

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