"En el instituto comparto clase con mi hermano, nos llevamos a matar, pero sólo nos une una afición: el fútbol. Mi hermano en clase es el más popular, al contrario que yo, que mis compañeras me discriminan por jugar al fútbol", afirmó una niña de 12 años en su trabajo para el concurso de redacción que organizó el club Femiastur de fútbol femenino, en colaboración con el Ayuntamiento de Avilés, sobre el papel de la mujer en esta disciplina deportiva.

Lejos de pensar que ya se ha superado esa barrera, la presidenta del club, Sita Méndez, lamenta que las niñas siguen sin tener apoyo a la hora de practicar el llamado 'deporte rey'. "Nos queda mucho por andar. Es una pena que haya niñas de corta edad que quieran jugar al fútbol y que todavía lo tengan difícil. Más que por la sociedad, que ha avanzado bastante, por su propia casa. Hay mucho que cambiar", señala Sita Méndez.

Es precisamente la falta de niñas para jugar lo que frena el crecimiento del fútbol femenino. "Hasta los 14 años, la participación de las menores en el fútbol es más bien escasa. A partir de esa edad, las estadística se dispara una barbaridad. Es por la sencilla razón de que en torno a esta edad, la niña ya toma un cierto poder de decisión en su casa, independencia para desplazarse, para elegir, y es cuando hace lo que siempre le gustó, jugar al fútbol", explica la presidenta del Femiastur, que se basa en estadísticas de la Federación Española de Fútbol.

Esta es la principal preocupación de casi todo el fútbol femenino nacional: "Estamos trabajando en esas categorías base, porque son las que creemos que realmente pueden cambiar la situación. En el momento que sea normal que las niñas jueguen al fútbol contra niñas, como se ha hecho en todos los países nórdicos, en América, la cosa cambiará", recuerda la directiva del Femiastur. Y es una preocupación de casi todo el país porque la Federación Catalana ya ha dado pasos muy grandes: "Ya empezaron a trabajar hace mucho tiempo y es la excepción del país. Tiene unas categorías inferiores ya estructuradas y se nota mucho", sostiene Sita Méndez. "Lo triste es que hasta esos 14 años, la niña se ha perdido lo mejor, la base, los cimientos de la formación. Es increíble que siga ocurriendo lo que me ocurrió a mí hace 40 años", añadió la presidenta.

La presidenta afirma que el concurso de redacción, en el que se pedía hablar sobre el fútbol femenino, no ha venido a más que a confirmar que lo que dicen las estadísticas: "En alrededor de 150 trabajos que nos han mandado, el 90 por ciento dicen que por qué tiene que ser el fútbol un deporte de chicos, pero también muchas de ellas querían practicarlo y no las dejaron. Muchas niñas que están haciendo baloncesto, balonmano, judo, lo que realmente querían era jugar al fútbol, pero se encuentran ese bache", sentencia la directiva.

Una niña de 9 años escribió que "los chicos creen que una chica no puede jugar al fútbol y se equivocan"; otra, de 12, que "las familias deberían potenciar el fútbol femenino, animar a las niñas si les gusta el fútbol". Así perciben las pequeñas el fútbol femenino, pero no dejan de insistir en que este deporte es también para chicas. "Nosotras sabemos lo que valemos y lo que podemos hacer, porque nadie nos va a quitar las alas y tampoco la fuerza y la ilusión", escribió otra niña, en este caso de 12 años, en su redacción. Ese es el espíritu del Femiastur y de los otros equipos de este deporte en la comarca: el Hispano y el Femenino Las Vegas.

Soluciones hay muchas y pasan por normalizar el fútbol femenino: "La Federación Española solo contempla una Liga Profesional, la masculina. La chicas no pueden ser profesionales del fútbol, es una discriminación muy fácil de solucionar y que no ayuda a nuestro problema", sentencia Sita Méndez.