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"El concierto de Wilko Johnson ya justifica un trimestre por sí solo"

-¿Eso es lo que van a hacer?

-Sí, buscar las figuras equivalentes a Fran Gayo y a Antonio Ripoll. Así de sencillo. Si es que es sota, caballo y rey. La programación será tan buena como lo sea el programador, no tan buena como lo sea el patronato. La idea de un programador omnisciente que es capaz de todo no es viable. Este es nuestro horizonte. No es que estemos levantando algo que hubiera fracasado, no; estamos levantando el vuelo con la perspectiva de un largo plazo que me supera a mí y al tiempo que pueda estar aquí. Me supera de largo. Lo único que podemos hacer es definir el proyecto en sus líneas más o menos conocidas: tenemos que hacer un Centro que tenga interés para la sociedad asturiana, pero al que también miren centros nacionales e internacionales, sin lugar a dudas. Pero no porque, de repente, digan: "Mira lo que han hecho". Más bien porque pueda entrar en su circuito. ¿Qué significa esto? La internacionalización no se construye poniendo la palabra "internacional" en el nombre, es un trabajo que lleva mucho tiempo. Consiste en establecer relaciones con otros centros culturales, de arte, con otros museos, establecer los términos en que se puede colaborar, llevarlo a un convenio y empezar a ver qué produce el otro centro para traerlo.

-Empezaron con el CDN, con el Festival de Mérida. ¿Tienen en perspectiva otros?

-La perspectiva que tenemos es el mundo. Primero tenemos que establecer convenios en el ámbito nacional y, después, en el ámbito internacional. ¿Por qué no con todos los centros alojados en un edificio de Oscar Niemeyer? Esta es una línea que se puede explorar. Somos una salida clarísima a Iberoamérica. Lo que necesitamos es un director general que lleve adelante ese trabajo y con este criterio: entrar en contacto con otras instituciones que permitan el intercambio o la atracción de nuevos proyectos.

-¿Se plantean producciones propias?

-Las producciones van a estar siempre ligadas a la financiación con que contemos. Una de las cosas que se tiene que explicar bien -es misión del director general- todas las ventajas fiscales que obtienen los mecenas, sobre todo a partir del 1 de enero del año que viene. Esto le pasa al Thyssen o al Reina Sofía: las exposiciones necesitan tener patrocinios específicos. Pasa con "Portus", una exposición magnífica que sólo tiene sentido en Avilés, pero además es necesaria porque el Centro tiene que construir la identidad de la ciudad en la que está implantada. Esa es la función. "Portus" es una exposición que no salió de los presupuestos: salió de financiación añadida que se consiguió. Ese es el modelo. Ya digo, esto lo hacen el Thyssen, el Museo del Prado... Este trabajo le corresponde al director general, claro, apoyado y ayudado por el patronato.

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