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La figura de la semana | Carmen Rodríguez Maniega | Nueva presidenta del Partido Popular en Avilés y diputada nacional

Una política por casualidad

El ascenso de la "número dos" del PP avilesino llega precedido de una intensa actividad en el Congreso durante las dos últimas legislaturas

Carmen Rodríguez Maniega, en el parque del Muelle. RICARDO SOLÍS

La vida política de Carmen Rodríguez Maniega está plagada de casualidades. Llegó al partido y al Ayuntamiento de Avilés casi por azar, de la mano de Manuel Peña, entonces portavoz municipal del PP, al que conocía del AMPA del Colegio San Fernando. Tocó el cielo político de Madrid desde el Congreso de los Diputados también por carambola, tras la renuncia del número uno del PP por Asturias, Gabino de Lorenzo, por los malos resultados electorales de 2008. Y ahora se convierte en la presidenta del PP de Avilés por circunstancias imprevistas: por la renuncia del sempiterno Joaquín Aréstegui, líder de los populares avilesinos durante 22 años, salpicado por la investigación del "Caso Pokémon".

Pero aunque la casualidad parece una tónica en su vida, nada en ella es casual. Los que la conocen bien reconocen que es una trabajadora incansable, leal a los suyos y al partido y una gran luchadora. Sabe que no gusta a todos, sobre todo a los que tiene enfrente de la bancada del PP. Y es que como política, ha sido azote de los gobiernos socialistas y no ha dudado nunca en sacar todas las armas a su disposición para dejar sin balas al enemigo. "Tiene unas ganas enormes de aprender, de servir a los demás y de contribuir a mejorar la vida de los ciudadanos, primero como concejala y luego como diputada", aseguraba estos días un buen amigo de Rodríguez Maniega.

Amante de las nuevas tecnología -va con su tableta y su móvil a todos los lados - y las redes sociales, todos aquellos que en estos años han querido conocer el trabajo de la nueva presidenta del PP solo han tenido que abrir su página de Facebook. Por ella han pasado y posado los amigos que ha ido haciendo en el Congreso los últimos ocho años, de todas los partidos, y ha explicado la labor realizada desde la Comisión de Igualdad, de la que llegó a ser portavoz. "Enseguida destacó en el Congreso", ensalzan sus afines.

Ahora tendrá un nuevo cometido, la presidencia del partido, para el que algunos le recomiendan que se separe de su mentor, Joaquín Aréstegui, y brille con luz propia. En ese puesto tendrá que demostrar si tiene mano izquierda, una virtud que algunos le niegan, y si es capaz de volver a aglutinar a la derecha de Avilés en un solo proyecto político. Tarea harto difícil en un momento en el que en el seno de su propia casa se le discuten las formas de alzarse con el poder local. Será el momento de aplicar lo aprendido en el Congreso, donde los debates y alianzas están a la orden del día, más de lo que sale a la luz pública. Mientras intenta apaciguar las aguas internas, espera con ansias ver de nuevo su nombre en la lista del PP para el Parlamento, el sitio donde, quizá, más feliz ha sido en la política.

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