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BELÉN GOPEGUI | Novelista, participa mañana en un acto en el auditorio del Niemeyer

"La ficción sirve para imaginar, e imaginar es lo contrario de impartir una doctrina"

"La Nueva Narrativa creó unas reglas de lo que se suponía debía ser una novela y había poco espacio para la transgresión"

La escritora Belén Gopegui, en una imagen de archivo. FERNANDO RODRÍGUEZ

La escritora Belén Gopegui (Madrid, 1963) prefiere las entrevistas a través de cuestionario previo y, pese a ello, se somete mañana jueves a una en directo sobre las tablas del auditorio del Centro Niemeyer, un acto incluido en el ciclo "Palabra" que organiza el complejo cultural. Gopegui debutó en la literatura en 1993 con "La escala de los mapas" (Anagrama), que recibió los premios "Tigre Juan", concedido por entonces en Oviedo y destinado a novelistas debutantes. Pertenece a una promoción que consolidó y dio un meneo a la creación que se hacía en todo el país: la de la Nueva Narrativa.

-¿La realidad tal cual está en el presente suscita el deseo de cambiarla?

-La realidad no está fuera, sino que nos construye, pero también es construida por las personas que la habitan. Y sí, claro que quisiéramos cambiarla. Que la Sanidad Pública recibiera más apoyo y no se perdiera a un sólo médico o enfermero o auxiliar y ningún paciente se sintiera abandonado, perdido. Que hubiera más investigación básica para poder comprender el mundo que habitamos y para ayudar a evitar el sufrimiento evitable. Que el agua y el aire no estuvieran perdiendo su capacidad de generar vida a causa de una actividad empresarial descontrolada. Por poner algunos deseos entre miles.

-¿La literatura contribuye en algo a consumar este deseo de cambio?

-La literatura, como casi todas las narraciones, contribuye a que algunos comportamientos parezcan naturales y legítimos. También puede contribuir a que parezcan ilegítimos, o a que sea más fácil imaginar comportamientos nuevos que hagan la vida más intensa y agradable.

-¿Cree que se puede impartir doctrina desde la ficción?

-La ficción sirve para imaginar, e imaginar es lo contrario de impartir una doctrina, si entendemos por doctrina una enseñanza impartida desde arriba y que no admite réplica. La imaginación es el modo a través del cual nos hacemos conscientes de una experiencia.

-Pertenece a una promoción de escritores que se hizo un hueco a mediados de los noventa. ¿Qué ofrecían ustedes que no llegaba de la mano de sus antecesores, los de la Nueva Narrativa Española?

-Creo que esos autores y autoras crearon unas reglas de lo que se suponía debía ser una novela, donde había poco espacio para la transgresión y para las miradas que no entendían que los problemas estuvieran dentro de cada individuo, como si el exterior fuera sólo un decorado por donde paseaban los personajes.

-¿Cuál es su relación con el cine actualmente?

-Profesionalmente, ninguna en este momento.

-¿En qué anda actualmente?

-Lo último que he publicado son dos cuentos: uno, para edades a partir de los diez años aproximadamente, con la editorial Ecologistas en acción, ilustrado por Rocío Martínez y titulado, "Mi misión era acercarme a Miranda", y otro con la editorial Alkibla y fotografías de Clemente Bernard.

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