"Recibimos más que damos", coincidieron en señalar Lorenzo Peláez, miembro del grupo de apoyo a personas con discapacidad que acude a la piscina municipal, y José Ramón Suárez, presidente de la asociación Astarte de residuos solidarios, durante la entrega de los premios anuales que reconocen la labor voluntaria en la comarca. El acto, celebrado en la Casa de Cultura, reunió a los representantes de las entidades de voluntariado de Avilés, así como a la Alcaldesa, Mariví Monteserín, y concejales del PSOE, PP e IU en el Ayuntamiento, institución que promueve los galardones, que este año alcanzan su decimosegunda edición.

El encuentro, que contó con la actuación del coro Renacer, dirigido por Maite Sagarzazu, comenzó con un resumen de la historia de los premios y destacando cuantas personas, grupos y entidades los han recibido hasta la fecha. El acto tenía como "objetivo realzar la labor del voluntario, reconocer el trabajo de las personas que buscan una sociedad más justa y difundir la cultura de la solidaridad", señaló Miguel Ángel García Balbuena. "Queremos aprovechar al máximo el entorno del voluntariado para conseguir un mundo mejor", añadió el concejal de Participación Ciudadana y Cooperación Internacional.

La proyección de dos vídeos sobre la actividad que realizan los grupos premiados arrancó los aplausos del público y rebosó de emoción el auditorio municipal. El primero recogía la ayuda que ofrecen cinco voluntarios de Cruz Roja a un grupo de socios de Difac (Discapacitados físicos de Avilés y Comarca) que acuden a la piscina. "Nuestro trabajo continuará mientras podamos hacerlo. La experiencia merece la pena. Os animo a que os hagáis voluntarios", manifestó Lorenzo Peláez, de 85 años, desde el escenario de la Casa de Cultura y junto a sus compañeros: José María Cuervo, de 79 años, Balbino Martínez, de 68; Manuel Bascoy, de 81 y Rosa María García, de 37. "Nos sentimos orgullosos de ser útiles y todos los días aprendemos de las personas a las que intentamos ayudar", añadió Cuervo.

El segundo vídeo mostró algunos de los rostros de la Asociación Astarte Residuos Solidarios, entidad sin ánimo de lucro cuyo fin es ayudar a personas necesitadas y, especialmente, a menores de edad con dificultades de acceso a tratamientos encaminados a mejorar su calidad de vida. Su tarea se centra, tal y como explicó José Ramón Suárez, en promover y sensibilizar para la donación de aparatos eléctricos usados que o bien se reparan para su reutilización o se procesan como residuos. También organizan aulas solidarias para impartir formación básica en nuevas tecnologías, charlas divulgativas o encuentros solidarios. "Somos un laboratorio de espíritu solidario y nuestra labor es muy gratificante, te hace ver la vida de otra forma", declaró el presidente de la Astarte, un hombre que un día decidió "dejar de vivir para tener y vivir para ser". Suárez, que junto a Gloria María García, tesorera de Astarte, dedicó el premio a Gabriela, una niña de La Luz recientemente fallecida, y dijo tener presentes las palabras de Teresa de Calcuta: "Que nadie venga a ti sin irse más feliz".

El acto de reconocimientos a la labor voluntaria concluyó con unas palabras de agradecimiento de la alcaldesa Mariví Monteserín. "Ayudar a las personas con dificultades es la mayor muestra de entendimiento humano", dijo.