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Veto administrativo al castro de Podes

El arqueólogo Alfonso Fanjul lamenta la desaparición de un conchero prehistórico por el bloqueo del Principado a la intervención urgente en el yacimiento

Conchero de la Edad del Hierro.

La negativa de la administración regional a permitir la intervención urgente en el castro de Podes, amenazado por la erosión marina, ha supuesto ya la desaparición de un conchero fechado en la Edad de Hierro que el arqueólogo Alejandro Fanjul pretendía estudiar. La reciente caída al mar de un tramo de muralla del castro había llevado al director del proyecto de excavación a solicitar de forma urgente el permiso de la consejería de Cultura, pero el técnico encargado de tramitar el permiso, José Antonio Fernández, negó dicha solicitud, según lamentó Fanjul. "Desaparece el conchero prehistórico del castro de Podes mientras el permiso para intervenir sigue bloqueado", resumió.

Fanjul presentó en septiembre un proyecto de investigación para el castro ubicado en la Punta del Castiello, en la franja costera de la parroquia de Podes. Se trataba de un "proyecto de rescate y estudio" autofinanciado, que además tiene el apoyo institucional del Ayuntamiento de Gozón y de varias asociaciones vecinales del concejo. La intención inicial del arqueólogo era desarrollar la intervención en agosto de 2016. Sin embargo consideró necesario precipitar los acontecimientos a la luz del desprendimiento de un grupo de materiales tras las últimas lluvias. Por eso Fanjul reclamó el permiso administrativo que ahora le llegó denegado.

El conchero cuya desaparición lamenta el arqueólogo, y que fue descubierto por el investigador Alberto Álvarez Peña, era una estructura formada por miles de conchas arrojadas por los habitantes del antiguo enclave, a la manera de montón de residuos domésticos, lo que habla de la importancia del consumo de estos moluscos en su dieta. Ahora, sin embargo, de aquél conchero sólo quedan "varios fragmentos de conchas desperdigadas", según Alfonso Fanjul, ya que la mayor parte se desprendió por el acantilado. Además este conchero tenía también varios fragmentos de cerámica castreña que, en opinión de los arqueólogos, es "claramente prerromana", pero que ahora también se han desprendido al mar. "Esos fragmentos determinan una cronología claramente prehistórica de ese nivel de basura doméstica de los habitantes del castro", puntualizó Fanjul.

El castro de Podes fue catalogado en el siglo XX y es, junto a la Campa Torres de Gijón, uno de los enclaves castreños de costa más grandes del centro de la región. Dos fosos excavados en la roca y varias líneas de muralla protegen el corazón de este antiguo núcleo de población. Tenía grandes dimensiones, de 150 por 50 metros de superficie, y estaba ubicado sobre un cabo, el de la Punta del Castiello, situado a 39 metros de altitud sobre el nivel del mar. La cercanía del yacimiento a vetas de mineral de hierro, y diversas escorias halladas, vinculan la actividad minera a este enclave.

El proyecto que pretendía realizar el doctor en arqueología, especializado en castros asturianos, consistía en una limpieza estratigráfica de los cortes en permanente erosión para recuperar el material en riesgo de desprendimiento, así como un análisis de polen, fauna y otros materiales. A continuación se reforzarían los cortes con una red metálica para dificultar la erosión.

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