"Voy a cambiar unos zapatos que me trajeron los Reyes. Aunque son de mi número me quedan pequeños. Y si los hay de otro color, mejor", señalaba ayer Antonio Fernández a la puerta de una tienda del centro de Avilés. Casos como el de este joven se repitieron a lo largo de la jornada en la gran mayoría de comercios de la ciudad, que vivió un día de devoluciones de regalos de Reyes ya que, aunque magos, Sus Majestades erraron en la elección de algunas tallas, colores o modelos de prendas de vestir, calzado o complementos.

"Estamos haciendo cambios, sobre todo, de tallas y también de ropa; algunos clientes prefieren una prenda diferente a la que le dejaron los Reyes", apunta Laura Fernández Fernández, propietaria de un negocio. En su tienda de moda masculina y femenina que acaba de comenzar el periodo de rebajas se intercalan estos días las ventas con los cambios. El tiquet regalo facilita esta tarea, tanto al que compra como al que vende. Con este sistema, indica la comerciante de la calle Rui Pérez, "el comprador se despreocupa". "Si no acierta con el regalo, la persona a la que va dirigido tiene la libertad de cambiarlo; no necesita pedirle el recibo, que puede ser embarazoso. Además, no queda reflejado el precio", añade.

En caso de no encontrar un artículo sustituto, la mayoría de los comercios entrega a los clientes un vale sin fecha de caducidad. "Se puede utilizar incluso en periodo de rebajas porque es dinero ya gastado", dice Laura Fernández. Pocos pequeños comercios devuelven el dinero. "No somos un cajero automático", indican Carmen y Cristina Arias Sopeña. "Si fuera así, todo lo que vendes lo desvenderías", añaden las propietarias de una tienda en la calle La Cámara. Ambas creen que esta fórmula en auge en las grandes cadenas ha "mal acostumbrado al cliente". "Los hay que lo cambian todo".

En cuanto a la campaña navideña, las hermanas Arias Sopeña manifiestan que "la gente ha gastado más que años anteriores". "La palabra crisis ya no se oye tanto". añaden. Muchas ventas, dicen, se realizaron en los días cercanos al día 6. "Los hombres, sobre todo, dejan los regalos para el último momento y luego compran a la desesperada y gastan más", apuntan, al señalar que para adquirir regalos debe primar la elección de complementos sobre las prendas de vestir porque "es más fácil acertar". De hecho, añaden, el artículo con mayor aceptación ha sido una pulsera con una pequeña Virgen de Covadonga en plata.

Si bien reiteran que a lo largo del mes de diciembre y principios de enero aumentó la presencia de clientes y las ventas se animaron, ambas empresarias señalan haber echado en falta música en las calles. "Ambienta y da vida a la ciudad", resaltan.

De la misma opinión se manifiesta Nuria Vega, gerente un establecimiento abierto el pasado mes de septiembre en la calle Doctor Graíño y ganador del primer premio del concurso de escaparates. Al igual que las comerciantes de La Cámara, Vega hace referencia a la tradición musical de Avilés y a cómo los villancicos animarían las calles y el comercio. En este sentido ponen como ejemplo las ciudades del centro de Europa donde la música se cuela por todos los rincones. También ensalzan sus esmerados mercadillos en casetas de madera, la venta de dulces y la iluminación. Precisamente, este último aspecto es motivo de crítica ya que consideran excesiva el precio que abonó cada comercio avilesino para la instalación de las bombillas navideñas, de 50 euros.

A diferencia de otros negocios, en el de Nuria Vega no se están produciendo muchos cambios. "Será que los clientes han acertado en la elección", reflexiona, para indicar que en los días previos a las compras los clientes visitaron la tienda, eligieron y probaron el futuro obsequio. Con la decisión ya tomada, dice, "escribieron la carta a los Reyes e indicaron el modelo, el número y el color de los zapatos; es decir, las compras se llevaron a cabo sobre seguro", siendo las mujeres las principales clientas. "De 95 frente a 5", dice para aclarar la diferencia entre el estilo de comprar de la mujer y el del hombre. "Él viene a tiro fijo porque lo vio en el escaparate", concluye la dueña de Don Zapato.

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