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La investigación del naufragio del "Santa Ana", atascada por un trámite del Principado

El Juzgado está a la espera de que un perito analice si el único superviviente pudo salir del buque por un ojo de buey

Izado de los restos del "Santa Ana" en el puerto gijonés de El Musel. ÁNGEL GONZÁLEZ

Nueva paralización en la investigación judicial sobre el hundimiento del "Santa Ana", el arrastrero portugués que naufragó frente a la costa de Peñas el 10 de marzo de 2014 con nueve tripulantes a bordo. Un trámite que depende del Principado mantiene bloqueado el fin de la instrucción desde hace meses. El juez a cargo del caso, el titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 7 de Avilés, está a la espera de que un perito analice si el único superviviente pudo salir del buque por un ojo de buey, como declaró tras sobrevivir al hundimiento. El nombramiento de ese técnico corresponde a la dirección general de Justicia del Gobierno regional y, a día de hoy, el juez sigue sin recibir el informe.

Fue el 28 de septiembre del año pasado cuando el juzgado avilesino pidió a la administración regional la designación de un perito judicial para practicar la única prueba que queda pendiente para finalizar la investigación, comunicaron fuentes judiciales. La complejidad para elaborar este informe radica en que tiene que ser elaborado por un ingeniero naval o un físico. "Existe una lista de peritos judiciales. Es la Dirección General de Justicia la que tiene que designarlo", añadieron las mismas fuentes. La Administración comunicó el pasado 22 de octubre al juzgado que ya había designado un perito, pero han pasado tres meses desde entonces y el magistrado Joaquín Colubi sigue sin tener noticia alguna del informe solicitado.

Este es el único trámite pendiente para finalizar la instrucción sobre el mayor tragedia vivida en el sector pesquero asturiano en los últimos 54 años. El "Santa Ana", con base en el puerto de Muros (La Coruña) pero que se encontraba en Avilés para hacer la campaña de la xarda, chocó contra uno de los peñascos sumergidos que abundan en la isla La Erbosa, en las inmediaciones del Cabo Peñas. El impacto fue tal que los tripulantes, algunos de ellos dormidos, sólo tuvieron tiempo a sentir una violenta sacudida. La embarcación se hundió en pocos minutos. Sólo uno de los nueve integrantes de la tripulación, el gallego Manuel Simal, logró salvar su vida. Los cadáveres de Francisco Gomes Fragateiro y Manuel Indalecio Mayo-Brea fueron hallados flotando cerca del lugar del accidente esa misma mañana. Pero los cuerpos de los seis restantes permanecieron desaparecidos durante días. Entre ellos se encontraba el joven ovetense Marcos del Agua Chacón, alumno de la Escuela Náutica Pesquera de Gijón.

El único superviviente declaró tras el siniestro que se encontraba en su camarote cuando el barco se vino a pique y que consiguió salir por el ojo de buey. "Un golpe me tiró de la cama y ya estaba con el agua al cuello; salí como pude por una escotilla", relató a sus allegados en el San Agustín. El juez necesita probar su versión.

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