La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La mitología tiene nombre de heavy

"Whestia", una banda formada en 2004, está a punto de sacar a la luz su segundo trabajo discográfico, "Triste destino"

"Whestia", durante una reciente actuación. RICARDO SOLÍS

En Avilés, el heavy metal tiene nombre de ser mitológico. Ni es un Trasgu ni el Nuberu, es la versión asturiana de la Santa Compaña, la Güestia; eso sí, con un toque más heavy, con "w" y con "h". "Whestia" lleva doce años en la carretera, aunque sus miembros llevan décadas tocando. La banda surge de dos grupos ya desaparecidos, "In-sanity" y "Asthma", aunque alguno de sus miembros ya había saltado de los escenarios con "Hysteria". Al principio, el quinteto comenzó a versionar temas de sus bandas anteriores. El cantante actual, Roberto Peláez, tocaba la batería y Sergio García, el percusonista, todavía no era parte de una banda que abandonó las composiciones en inglés y optó por el castellano para expresarse. Pese a su madurez encima de los escenarios, no decidieron grabar disco hasta siete años después de su formación, en 2011. Lo hicieron con un trabajo homónimo.

Antes, habían probado con maquetas hasta en una cuatro pistas. En 2007, la banda se configuró definitivamente con Peláez a la voz, Chus Suárez (bajo) Víctor García (guitarra), Diego Granda (guitarra) y Sergio García (batería). Ahora, tras recorrer medio Asturias y las provincias limítrofes vuelven a la carga con su segundo trabajo, "Triste destino", que está a expensas de mezclarse antes de mandarlo a la fábrica. Estará listo para los próximos meses. Su sonido es contundente sin olvidar la armonía.

Beben de "Pantera", pero también de "Iron Maiden", "Baron Rojo" y "Black Sabbath". En su juventud, llevaron chupas de cuero y tachuelas. Ahora no, pero mantienen ese espíritu que les lleva a ser un referente del heavy avilesino. Ahora, tienen hijos, trabajan a turnos y mantienen la música como su afición más preciada. Ensayan los sábados en un local de Pravia y son disciplinados. Los riffs de guitarra marcan los inicios de cada tema. "No son temas muy alegres", afirman estos músicos, que hablan en sus letras del "lado oscuro de la vida" con sonidos callejeros de los años ochenta. Son críticos con un sistema que ha generado una crisis social y económica de la que cada año cuesta más salir. "Nos dan y más que nos van a dar", lamentan los músicos.

Ese sonido "ochentas" queda fijado en sus discos de ocho temas, de unos cuarenta y cinco minutos de duración y "en los que no sobra nada". Tienen el honor de haber compartido escenario con muchos clásicos del rock estatal más duro: "Obus" y "Muro", entre otros. Y, en sus bandas anteriores, tocaron con "Koma" "La Polla Records" y "Eskorbuto". Han visto cómo pasaba el tiempo y cómo cambiaban las modas. Sin embargo, "Whestia" se mantuvo fiel a una manera de crear, de componer y una puesta en escena que les hace recordar aquellos primeros conciertos. Aquellos en los que se subían al escenario y se veían como Steve Harris y Bruce Dickinson a la asturiana. Ahora, siguen manteniendo la "mala hostia" del trash metal y la mezclan con los armónicos guitarreros más heavies. Este grupo tiene el honor de ser el primero de su estilo en haber tocado en la sala club del Centro Niemeyer y también de ser los primeros "heavymetaleros" en llegar a la final del concurso de rock "Ciudad de Oviedo". La banda ahora espera por tener en sus manos su segundo trabajo, "Triste destino", y volver a tocar cual ser mitológico, pero con nombre de heavy.

Compartir el artículo

stats