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El conde que eligió Trasona

Se cumple un siglo de la muerte de Nicolás de Pañalver y Zamora, alcalde de Madrid, cuyos restos descansan en el cementerio de la localidad corverana

El panteón donde descansan los restos del conde de Peñalver. En el recuadro, la fotografía del conde realizada por Kaulak. MARA VILLAMUZA

La fecha de hoy está marcada en rojo en Trasona. Hace justo 100 años, se enterraban los restos de Nicolás de Peñalver y Zamora, conde de Peñalver, en el cementerio de la localidad corverana, dos días después de su muerte. El aristócrata, que fue Alcalde de Madrid y uno de los impulsores de la Gran Vía de la capital española, nació en La Habana (Cuba), pero su vida quedó ligada a Corvera el día que se casó con María Socorro García, de Paredes y Argüelles, nacida en el palacio de Trasona.

El panteón familiar en el que se enterró al noble, a petición propia, todavía se puede visitar en el cementerio. Se trata de una construcción que toma como modelo los gustos italianos de principio de siglo. En él, también se encuentran los restos de María Socorro García, que falleció en Madrid, como su marido, el 5 de diciembre de 1953, a los 102 años.

María Dolores Rodríguez, nieta del administrador de las fincas de los condes, ha recopilado parte de la historia del matrimonio en Trasona y recuerda que el panteón no es el único legado que dejaron en la localidad. "Tras casarse con su esposa, restauró el palacio de Trasona, en el que, durante el verano, celebraban grandes fiestas, a las que asistía la nobleza asturiana y madrileña, incluso miembros de la Casa Real", señala Rodríguez. El edificio, ahora también llamado paladio de Peñalver, se encuentra junto al actual pantano corverano, en unos terrenos que todavía pertenecen a los descendientes de la familia.

"El conde tenía a su servicio en Madrid a algunos vecinos de Trasona. De hecho, los descendientes de algunos de ellos viven ahora en la capital", añade la nieta del administrador, que también explica que las dos casas adyacentes al palacio y el antiguo molino, además de muchos terrenos de la zona, pertenecían a la noble familia, que hizo de Trasona su lugar de residencia preferido en distintas épocas del año.

En Madrid, el papel de Nicolás de Peñalver y Zamora, fue muy destacado. Fue Alcalde en tres etapas: unos días en 1892, de marzo de 1895 a febrero de 1896, y de octubre de 1907 a octubre de 1909. Se encargó del pliego de la adjudicación de los derribos que permitió comenzar a construir la Gran Vía madrileña. De hecho, el primer tramo de esta calle, hasta su confluencia con la de Alcalá, llevó su nombre. Ahora, tiene dedicada otra vía en el ensanche madrileño. Se le atribuyen la creación de la Banda Municipal y la inamovilidad de los empleados públicos del Ayuntamiento.

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