El folk asturiano se ha vuelto más travieso que nunca. Así lo entienden los músicos que componen el grupo "Tsarigando", que con menos de un año de vida ya ha tocado en una quincena de ocasiones. Sus directos son animados, divertidos y demuestran que el folk es un estilo de música que encaja a la perfección con otros como el reggae y el rock. La banda quiere sacar a la luz su primer trabajo, que será homónimo, y ya ha comenzado con las grabaciones en su local de ensayo, el almacén del bar la Bodega de Baco de Versalles. Tienen pensado editar cinco temas como carta de presentación de un grupo que, pese a su no tener ni un año de vida, ya cuenta con club de fans. "Cada concierto hay un grupo de unas quince o veinte personas fijas", explica Alejandra López, vocalista.
"Tsarigando", un nombre que significa algo así como "revolviendo" o "enredando" está formada por Dani Rogel (percusión, guitarra, bajo, gaita y coros), Pablo Cuervo-Arango "Bludo" (bajo, gaita, tambor y flauta), César García "Ceke" (gaita y flauta), Cris Díaz (guitarra y coros) y Bernardo González (batería) como última incorporación. El grupo surge de dos bandas de folk ya desaparecidas: "Milenta Vegaes" y "Palaes de Ron". Ambos grupos se deshicieron y algunos de sus miembros decidieron unirse, al principio, para tocar en las fiestas de Versalles. Pero, poco a poco, "la cosa fue subiendo de nivel" y se dieron cuenta de que podían unir sus fuerzas y constituirse como grupo.
Hacen versiones de temas tradicionales asturianos, pero les dan un giro. Tocan el "Chalaneru" como si fuera la pieza original, pero a cada acorde se va transformando en una pieza de la que solo permanece la letra. Juegan también con "La Tsarigueira" y en un mismo tema mezclan reggae, rock, tres gaitas y pequeños guiños a la música bretona, asturiana y gallega. Incluso, en mitad de la canción, cambian de instrumento como si nada. Tienen un "Grito de guerra" que su estribillo dice algo así como: "Ya ta llegando, ye 'Tsarigando'" y son capaces de tocar el "Agarrao de Candín" como si fuera una pieza de rock sinfónico de los sesenta y setenta, no por su sonido sino por su duración, nueve minutos. Cantan también "El llobu", una canción de amor escrita por Elisa Soto, una amiga de la banda.
A los "Tsarigando" les encanta la fiesta. Y si no hay nada que celebrar pues se inventa. Eso mismo les pasó por la cabeza el pasado 26 de diciembre cuando celebraron una Nochevieja anticipada con cotillón, gominolas y 120 gorros de Navidad. Las campanadas que sonaron esa noche fueron las de 1991 y cantadas por los humoristas de "Martes y trece".
No tienen fecha fija para tener su primer disco entre las manos. Lo que sí saben es que será autoproducido y que está siendo grabado por "Bludo", un músico que destaca el "buen rollo" de este grupo de folk travieso. "Somos raros", bromea "Bludo" cuando explica que la banda está abierta a tocar diferentes estilos musicales con una base, eso sí, de folk.
La banda nació sin ninguna pretensión, simplemente con ganas de tocar. Ahora, más de medio año después de su primer concierto ven que su proyecto gusta. Ya cuentan con más de seiscientos seguidores en la red social Facebook y prometen que cuando lleguen a los mil, no les quedará más remedio que tocar un concierto en pijama. Eso, por el momento, es una idea de una banda que es capaz de tocar jotas como muñeiras, danzas asturianas con sonidos sincopados jamaicanos e incluso cuenta con coreografías como ocurre con "La tsarigueira". Lo más inmediato será un concierto en el festival de vinos y tapas de Piedras Blancas el próximo día 26. Después, tocará el disco de un grupo que hace folk travieso.
