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Los constantes vertidos de purines anegan varias fincas en Perdones

Los derrames arrasan una pomarada por valor de "más de 60.000 euros" Un afectado denuncia que los residuos alcanzan el río

Mariano Margüello y su mujer, Covadonga Gutiérrez, tras un manzano muerto. MARA VILLAMUZA

Varios vecinos de la parroquia de Perdones denuncian "continuos vertidos de purín" en fincas "desde hace más de dos años". Según el relato de uno de los afectados, estos residuos han afectado a "más de doscientos" manzanos con denominación de origen asturiana que tiene plantados en el terreno, una pérdida que el agricultor cifra en "más de 60.000 euros". Según este damnificado, Mariano Margüello, estos residuos llegan provenientes "de una explotación ganadera" aneja a su finca.

"Llevamos mucho tiempo sufriendo vertidos de purines, más de dos años. El problema es que, además de arrasarnos con casi media hectárea de manzanos con denominación de origen, estos derrames se filtran y acaban llegando al río Vioño, sobre todo con las lluvias", explica Margüello.

Ante esta circunstancia, decidió denunciar ante la Guardia Civil la situación. "Emprendimos acciones legales el pasado mes de junio, con la intención de poner freno a los vertidos", dice. Tras su acusación, hasta el lugar de los hechos se desplazó una patrulla de la Guardia Civil para analizar el estado del terreno. El informe de los agentes, fechado el 7 de junio de 2015, acredita que una parte de la fina se encuentra "ocupada por un espesor considerable de purines y lodos, que desprenden olor nauseabundo, no pudiendo los agentes adentrarse en la misma al objeto de realizar mediciones ni otras comprobaciones debido a la falta de equipamiento adecuado y a lo impracticable de la citada finca".

Un segundo informe de la Guardia Civil, realizado el 6 de julio de 2015, asegura que "la finca en cuestión se encuentra anegada de residuos procedentes de la explotación ganadera". El mismo documento destaca que la parcela "se halla un vertido directo en la parte anterior de la pomarada y que se realiza mediante un tubo colector que desagua las aguas residuales procedentes de la sala de ordeño, llevando aguas sucias junto leche no aprovechable por proceder de vacas tratadas con medicamentos veterinarios, así como productos de limpieza y desinfectantes"; apreciando que este vertido es "prácticamente continuo y que cruza toda la finca", dando lugar a un "olor desagradable con afluencia de insectos". Además, el texto recoge que la parcela "está tomada de vegetación, principalmente además de árboles frutales, ortiga y plantas características de los terrenos con exceso de nitratos".

Los agentes también indican que existen "varias zonas anegadas de purines procedentes de una balsa" y que en la inspección realizada se puede determinar que "existen varios focos con sedimentación continua de estos residuos, que en épocas de pluviometría alta son arroyados a la finca y, con posterioridad, incluso vierten a un arroyo afluente del río Vioño".

"Los purines tienen que ir a Cogersa, es lo que indica la normativa vigente. Y yo necesito que el vertido pare al menos durante unos meses para poder limpiar la finca. Actualmente, no puedo entrar con maquinaria pesada, ya que peligraría mi integridad física debido a los agujeros y los inestable del terreno. De hecho, en ocasiones no puedo casi ni acceder a mi parcela, ya que los derrames afectan al camino público que da acceso a la misma", relata Margüello.

En cuanto a las pérdidas, Margüello encargó un informe pericial sobre los daños ocasionados a un especialista, y éste los valora en 61.772 euros, una cifra que sale del valor de los pomares muertos, la retirada de los mismos y su traslado al vertedero, la sustitución del manto vegetal, la plantación de 66 nuevos manzanos, la pérdida de cosechas y el incremento de los gastos de poda.

"Para que la pomarada vuelva a funcionar a pleno rendimiento necesito que el terreno seque y después tengo que limpiarlo; y, tras ello, tendré que plantar nuevos manzanos que, para volver a producir al mismo nivel de los que había, necesitaré que pasen entre doce y quince años", enumera.

Margüello denunció los hechos ante el juzgado de primera instancia e instrucción número siete de Avilés. El juez decretó "el sobreseimiento provisional de las actuaciones" por la vía penal, al apreciar que no existe intencionalidad. No obstante, el afectado tiene pesando recurrir a la vía administrativa.

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