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Un sabueso con más vidas que un gato

Los bomberos del 112 se juegan el pellejo en Peñas para salvar a un perro atrapado en un peñasco de un acantilado de Viodo a 30 metros de altura sobre el mar

Un sabueso con más vidas que un gato

Un sabueso con más vidas que un gato

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Un sabueso con más vidas que un gato Viodo, A. DE LA FUENTE

La parroquia de Viodo, en el cabo Peñas, fue ayer el escenario del espectacular rescate de un perro que había quedado atrapado en un acantilado de la playa homónima. Fueron necesarias dos dotaciones de bomberos y dos intentos para recuperar al can, tipo sabueso, que había quedado colgado sobre el vacío en un peñasco 30 metros por debajo del borde del precipicio y a otros tantos del mar. La historia acabó bien: el perro fue salvado ileso.

José Ramón Vallecillos, un vecino de Llaranes (Avilés) que estaba pescando en la zona fue el primer en dar la voz de alarma. "Era aproximadamente la una de la tarde cuando escuché unos ladridos. En un primer momento pensé que eran perros peleándose, pero luego vi que había un animal atrapado. No paraba de gemir y ladrar", relató. Ante esa situación, Vallecillos decidió buscar ayuda y la encontró en un vecino de la zona. "Le comenté lo que pasaba y, tras intentar averiguar quién era el propietario, llamamos al 112", explicó el avilesino.

Hasta el lugar del suceso se desplazó una patrulla de la Policía Local de Gozón que, tras buscar una vía de escape para el perro, decidió poner el asunto en conocimiento del Servicio de Emergencias, que envió dos dotaciones de bomberos por lo difícil del rescate. Tras analizar la situación, los expertos en salvamento consideraron que la mejor forma de salvar al sabueso era que uno de los bomberos se descolgase por la pared del acantilado y recogiese al perro con una jaula para animales. El primero de los intentos empezó a las 19.15 horas. Roberto García, el bombero encargado de realizar el arriesgado descenso por la pared del acantilado -"el mérito es de todos los compañeros", afirmaría luego-, descendió hasta llegar a escasos centímetro del animal. Abrió la trampilla de la caja para animales e intentó introducir al can dentro. Pero la mala fortuna quiso que el sabueso tuviese que prolongar un poco más su agonía. La cuerda utilizada por García era demasiado corta y no le permitía tener contacto físico con el perro y éste, paralizado por el miedo, no daba el paso de introducirse por su propia voluntad en la caja.

Ante esta situación, García volvió a subir a la rasa y, al poco, realizó un segundo intento con una cuerda más larga y con una bolsa como transporte para el perro. Tras asegurar con dos arneses al animal, el bombero hizo una seña a sus compañeros para que tirasen de la cuerda y, finalmente, a las 20.30 horas, el sabueso volvió "a tierra firme" con la ovación incluida de la decena de personas que presenciaron las maniobras de rescate.

Una vez puesto a salvo, la Policía Local leyó el chip de registro del can, que se encontraba en buen estado, sin lesiones aparentes. El propietario del perro es vecino de Viodo y responde a las siglas A. L. B. Los agentes municipales llevaron al sabueso a su domicilio, sin encontrar a nadie en el mismo.

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