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La flota del bonito confía en remontar tras una caída del 61% en junio

La lonja vendió el pasado mes 77.000 kilos de túnidos a 6,64 euros de media

La flota del bonito confía en remontar tras una caída del 61% en junio

La rula de Avilés vendió el pasado junio un total de 77.000 kilos de bonito, una cifra muy inferior a la del primer mes de la campaña de 2015, 200.818 kilos, pero similar a la de hace dos años. Entonces, en 2013, se subastaron en la lonja avilesina 72.670 kilos. La merma en las descargas se debe a que el mes pasado los cardúmenes estaban muy alejados de la costa y los barcos tenían que hacer travesías de varios días hasta llegar a ellos, por lo que sólo las embarcaciones más grandes se aventuraron a salir. La reducción de desembarcos -14 en total- propició, sin embargo, un aumento del precio medio del kilo de pescado: 6,64 euros, dos más que el año pasado.

Las previsiones en julio son más halagüeñas ya que ya se han detectado bancos de bonito cerca de la costa asturiana, a unas 25 millas, lo que implica que se pueden sumar a una de las principales campañas del verano más embarcaciones, sobre todo, las pequeñas.

Por el momento, en julio, hasta ayer, ya se habían subastado en la rula de Avilés 55.000 kilos de bonito, gracias a ocho desembarcos, a un precio medio de 4,25 euros el kilo. La costera de bonito del Norte cerró el año pasado en Avilés con un total de 900.127,66 kilos vendidos y una facturación de 4.130.900,15 euros. El precio medio, 4,59 euros el kilo.

Las teorías sobre por qué los bonitos se acercan o no a las costas de la región son diversas. Entre los argumentos están el tardío calentamiento del agua del Cantábrico y las caprichosas variaciones en las corrientes marinas. Los túnidos, además, se mueven en función de dónde vaya su alimento: larvas, alevines o plancton, que está en un lugar u otro dependiendo de las corrientes.

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