El estilo de vida actual genera desequilibrios psicológicos relacionados con el estrés, la ansiedad o el exceso de concentración. La solución a estos problemas puede llegar a través de una práctica deportiva regular y controlada, ya que proporciona un relajación mental que influye en la percepción de un bienestar generalizado. Pero la prescripción de ejercicio físico por parte de los profesionales que trabajan en los centros de salud del área sanitaria avilesina es insuficiente. Ésta es la principal conclusión que alcanzaron Bibiana Iglesias, del centro de Sabugo; Inés Olaya Velázquez, de La Magdalena; y María José Gómez, de la unidad docente multiprofesional de atención familiar y comunitaria de Asturias, en un estudio sobre la prevalencia de la realización de ejercicio físico en pacientes diagnosticados de ansiedad y depresión.

En el estudio participaron 294 personas con una edad media de 55 años. El 61 por ciento de estos pacientes estaba diagnosticado de ansiedad, el 59 por ciento de depresión y más del veinte por ciento de ambas. Seis de cada diez de los pacientes incluidos en el estudio consumían antidepresivos y el 76 por ciento benzodiazepinas. Precisamente, el consumo de psicofármacos en los tres meses previos al inicio de la investigación era un factor primordial. Tras un exhaustivo análisis, los expertos sanitarios destacaron en su estudio que el porcentaje de pacientes ansiosos y/o deprimidos que realizan ejercicio físico es similar al de la población general, "aunque debería ser mayor".

Según los resultados del estudio, el patrón de persona ansiosa o deprimida que practica ejercicio físico es una mujer de edad avanzada, con sobrepeso y con morbilidades, seguida por su médico de familia. Esta persona realiza una actividad física de intensidad ligera (paseos, principalmente), una media de seis veces por semana y con una duración de sesenta minutos cada vez. Que sean mujeres las que destaquen en el estudio no es una casualidad: la prevalencia de ansiedad y depresión es más alta en el sexo femenino.

"Casi a ocho de cada diez enfermos a los que se les recomendó la realización de ejercicio físico se les dijo qué tipo de ejercicio concreto deberían hacer. Aunque consideramos que se les debería haber prescrito un tipo de ejercicio a todos, esta cifra nos parece aceptable. De cada diez pacientes a los que se les prescribió la realización de deporte, solo a dos se les indicó un tiempo determinado de duración de la actividad, lo que nos parece claramente insuficiente", precisan en el trabajo, en el que concluyen: "La frecuencia y el tiempo dedicados a la cada actividad son apropiados, mientras que el grado de intensidad es bajo".

Los expertos destacan además que los enfermos de más edad realizan más deporte y los pacientes con mayor masa corporal, menos. El trabajo de Iglesias, Velázquez y Gómez ha sido premiado días atrás con un accésit en la XIII Edición de los galardones "Villa de Avilés", que se entregaron en el Hospital San Agustín.