"Llevando la subasta de la interrumpibilidad eléctrica a final de año parece que el Gobierno de España quiera que Alcoa se marche", se lamentó ayer José Manuel Gómez de la Uz, el presidente del comité de empresa de la aluminera norteamericana en Avilés. La interrumpibilidad es un producto que ofrecen las empresas que son grandes consumidoras de energía al operador estatal (Red Eléctrica): a cambio de dinero las grandes empresas aceptan cortes de luz como el sucedido hace pocas semanas como consecuencia de una avería en la central térmica de Soto de Ribera, en el concejo de Ribera de Arriba. "Es inaceptable. ¿No se dan cuenta de que la producción de aluminio primario precisa un poco de tiempo para planificar el año?", se preguntó el líder sindical.

Pese a ello, la multinacional aluminera reconoció que "desconocía oficialmente cualquier noticia al respecto de la convocatoria de la subasta eléctrica" aunque, pese a ello, no va a dudar en presentar su candidatura para la nueva puja. "Es el sistema que existe para conseguir que el coste de la energía sea competitivo, que es lo que precisan industrias como la nuestra, donde el 40 por ciento de los costes de producción vienen de la energía", subrayó una portavoz de la multinacional en España.

Aparte de Alcoa, la empresa Asturiana de Zinc (Azsa) reconoció su intención de presentar la candidatura de su fábrica de San Juan de Nieva a la puja de la interrumpibilidad. "Azsa necesita un precio de la energía competitivo, estable y predecible. La interrumpibilidad es un producto que oferta Azsa y que constituye una parte fundamental para la consecución de este precio", señalaron desde la compañía. El comité de empresa de la fundidora de cinc en Castrillón se manifestó en el mismo sentido: "Los grandes consumidores de energía necesitan estabilidad y mecanismos garanticen precios competitivos. El establecimiento de un mecanismo que los garantice propiciaría a buen seguro inversiones, ampliación de la factoría, creación de empleo y garantizaría más aún si cabe, el futuro de la factoría de San Juan de Nieva", apuntaron los representantes de los trabajadores de la empresa que controla el conglomerado Glencore.

La empresa Arcelor, por su parte, declinó hacer declaraciones acerca del retraso en la convocatoria de la subasta de interrumpibilidad. Cedió en este punto protagonismo a la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid) que, sin embargo, prefirió retrasar su posición pública hasta final de la semana, después de que la Unión Europea haya decidido si incluye o no a China en la lista de los países que practican la economía de mercado (es uno de los mayores productores de acero y, asimismo, uno de los que más baratos lo venden).

Por otra parte, el alcalde de Avilés en funciones, Luis Ramón Fernández Huerga, calificó como "lamentable la nueva vuelta de tuerca" que, a su juicio, supone el aplazamiento de la subasta de la energía eléctrica. "A la incertidumbre generada por este Gobierno con una subasta criticada por todas las partes implicadas, se añade ahora esta nueva incertidumbre limitando los plazos y los márgenes de maniobra de las empresas", lamentó. "Esto es una mala noticia", concluyó el socialista.