Los concejos de la comarca tienen reservado suelo para construir unas 19.000 viviendas, casi las mismas que las que ya tiene Mieres. Los momentos de bonanza que se vivía en los municipios cuando se elaboraron la mayoría de los planes urbanísticos, en el incipiente siglo XXI, hacían prever un crecimiento urbanístico que nada tiene que ver con la realidad actual. Muchos de los proyectos que entonces brillaban ahora son mero papel mojado bien porque las empresas que los promovían están en concurso de acreedores o en liquidación bien porque en la actualidad ningún promotor afronta grandes urbanizaciones.

El Principado, en el avance de las nuevas directrices de ordenación del territorio, constata que es en Avilés donde más vivienda pendiente de levantar hay en la comarca: 10.554. El 31 por ciento de esos pisos estarían en el área de Gaxín, ahora totalmente paralizada por ser inviable para sus propietarios. En esa zona estaba prevista la construcción de más de 3.000 viviendas. Los retrasos es la tónica dominante también en la mayoría de convenios urbanísticos. Ahí está el de La Lleda, que incluye 642 viviendas. Sin desarrollar están también, por ejemplo, el de La Llamosa -sus promotores confían en empezar el año que viene la construcción de 1.400 viviendas-, el Alto Vidriero y la Azucarera de Villalegre. En La Magdalena, otro de los grandes desarrollos de la ciudad, aún queda pendiente suelo para levantar unas 400 viviendas.

A Avilés le siguen Corvera y Gozón en cuanto a número de viviendas pendientes de construir. El concejo gozoniego suma suelo para 3.195, según el Principado; en el corverano, para 3.185. El plan urbano de Gozón da la posibilidad de desarrollar diez unidades de actuación en suelo urbano y otros quince ámbitos de suelo urbanizable. Incluye también la construcción de viviendas unifamiliares vinculadas a un campo de golf en Verdicio, por ejemplo.

Corvera, por su parte, aprobó el año pasado el primer plan urbano de su historia y prevé suelo para edificar unas 1.500 viviendas en Las Vegas, Los Campos, Cancienes y Trasona, un 35 por ciento con algún tipo de protección. El concejo también dispone de 4,5 millones de metros cuadrados en núcleos rurales donde se pueden edificar viviendas unifamiliares.

Castrillón es de los grandes municipios de la comarca donde menos viviendas previstas hay: 1.589 en total, siempre según el documento realizado por el Principado de Asturias. Una de las principales bolsas de suelo está en El Vallín, donde la corporación despejó el año pasado el camino para construir unas 600 viviendas. También hay terrenos para levantar unos 200 pisos en las inmediaciones de las dunas de El Espartal, en Salinas.

Menos presión urbanística tienen Soto del Barco e Illas. En el primer concejo hay pendientes de construir 464 viviendas, repartidas entre las dos grandes localidades, Soto del Barco y San Juan de la Arena, además de por la zona rural. El caso de Illas es más particular. Es de los pocos concejos asturianos donde no está prevista la edificación de ninguna vivienda.