María Loreto Sela Cueto, conocida como Lorma, murió de forma repentina ayer a los 73 años de edad. Su familia, sumida en el dolor, apenas podía digerir la noticia. "Era una persona bondadosa, entregada a los demás", manifestaron sus hermanas Marta y Margarita, con quienes fundó el colegio Estilo, que se gestó en la calle Martínez Anido de Avilés y, poco después, se trasladó a Salinas, a un chalet de la calle José Antonio, en una zona próxima a la playa. Lorma Sela estaba casada con Roberto Fernández, que gestionó durante años la empresa de transporte Roces, y era la cuñada de Ricardo Fernández, que fue alcalde de Avilés en los primeros años de la transición. Ayer todos la despidieron con lágrimas en los ojos.

"Lorma siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás, era muy buena, una mujer de profundos valores religiosos y humanos que compartía todo lo que tenía", atinó a decir Marta Sela, que destacó el amor de su hermana por la naturaleza. Lorma residía en Salinas, donde era frecuente verla pasear por el paseo marítimo con su familia. En esa localidad fue donde pasó sus años más felices como cofundadora del colegio "Estilo". "Ella ahora tenía una afición, el patchwork, pero como nos ocurrió a Margarita y a mí el colegio fue nuestro hobby durante muchos años, lo adorábamos", precisaron las hermanas, que destacaron que Lorma fue el nexo de unión de la familia Sela cuando fallecieron sus padres. "Ella era la mayor y mantuvo unida a la familia", señalaron estas mujeres, que destacaron que Lorma Sela siempre contó con el respaldo y el apoyo incondicional de su marido, Roberto Fernández. La pareja tenía tres hijos -José, Loreto y Diego-. "A Reyes, la mujer de uno de ellos, la tenía como otra hija así que se puede decir que tenía cuatro hijos en total", aclaró Marta Sela, que subrayó el amor que sentía su hermana por sus dos nietos, un niño y una niña. "Se desvivía por ellos", precisó.

El cadáver de María Loreto Sela Cueto será recibido esta tarde (17.00 horas) en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de Salinas, donde se celebrará el funeral de cuerpo presente y acto seguido se procederá a su incineración en el tanatorio de Avilés. La capilla ardiente está instalada en la sala número dos del tanatorio de Avilés, en El Montán-San Cristóbal, hasta donde ayer se desplazaron decenas de personas a dar las condolencias a una familia sumida en el dolor por la repentina pérdida.