La imaginación no es un crimen. Las peculiaridades eróticas en las que se enmarcan conceptos como el fetichismo o el BDSM, por tanto, tampoco lo son. Al menos esto es lo que defiende la escritora francesa Valerie Tasso, que en su ponencia de ayer en los cursos sobre sexología del centro de servicios universitarios trató de explicar a los alumnos que la fantasía erótica y los límites de nuestra imaginación no deben ser motivo de juicio moral o culpa.

Al comienzo de su charla, la sexóloga destacó los antecedentes históricos más importantes en el mundo del erotismo. "Antes, se identificaban las conductas sexuales que se situaban fuera de la norma con un trastorno mental. Por suerte, hemos avanzado, o eso espero", dijo. La experta recordó a los alumnos la figura de Krafft Ebing como el primero en hacer una clasificación de lo que él consideraba "perversiones sexuales". Su obra, "Psichopathia Sexualis", incluía por primera vez el término de la homosexualidad, algo que la sexóloga considera importante aunque el colectivo estuviese lejos de ser aceptado. "Por lo menos los reconocía, mientras no exista una palabra para definir un concepto, ese concepto no existe", afirmó.

Antes de que estos comportamientos eróticos se considerasen como perversiones en el mundo de la psiquiatría, la autora explicó que la Iglesia era la encargada de juzgar a los que no siguiesen la doctrina católica. "Se empezaron a considerar ciertos comportamientos sexuales como pecado para luego definirlos como problemas mentales. Al principio, eras un pecador. Después, un tarado. Nadie se había molestado en estudiar estos comportamientos", indicó.

Para entender la diversidad erótica del ser humano fue necesario un avance en el estudio sexológico. "La sexología pretende explicar que, en el mundo actual, estos conceptos nos quedan antiguos, aunque sigamos luchando contra los prejuicios morales", afirmó. Tasso prefiere utilizar el término de "peculiaridad erótica", porque transmite un significado más aséptico y con menos carga moral. "Para mí, las peculiaridades eróticas enriquecen el gusto erótico, no entorpecen ni dañan nada", sentenció.

La sexóloga considera que tantos años de historia masacrando los comportamientos sexuales que no encajaban con la mayoría ha dejado estigmas en la sociedad actual. "Seguimos pensando en los problemas que algunas prácticas sexuales pueden traer en el futuro porque nos enseñaron a desconfiar de lo diferente; pensamos en las posibles malas consecuencias de ciertos pensamientos en vez de intentar estudiarlos y comprenderlos", afirmó la especialista. Para Tasso es importante distinguir entre el pensamiento y la conducta; el primero sería inofensivo y el segundo podría acabar por ser delito. Es el caso de la pedofilia y la pederastia. "Un hombre que piensa de forma erótica en los niños no puede ser tratado de la misma forma que uno que intenta abusar de ellos. La fantasía, mientras se quede en el pensamiento, no es dañina", aclaró.

Dentro de estas peculiaridades sexuales también se encontraría el fetichismo o los denominados "voyeurs", que buscan la excitación en mirar a escondidas a los demás. "Qué clase de daño puede hacerte un 'voyeur' cuando su principal preocupación es que no te des cuenta de que te está mirando. Qué daño te va a hacer alguien que no sabes que existe", indicó. Lo mismo pasaría con el exhibicionismo o el fetichismo. "Mientras haya consenso y respeto no veo cuál es el problema", aseveró. En este momento de la ponencia, Tasso aprovechó para contar una anécdota de su infancia. "Cuando tenía 13 años, me encontré con un exhibicionista y me reí a carcajada limpia, pero cuando se lo conté a mi madre quiso ir a la policía. A mí me parecía absurdo porque yo no me había sentido ofendida en ningún momento", relató. De esta forma, cualquier peculiaridad sexual que no moleste al contrario "no debería ser juzgada". "El BDSM es una de las prácticas sexuales más democráticas que existen. En estos casos, toda la relación se pacta de antemano", añadió.

Valerie Tasso reivindicó una mayor educación sexual en los centros educativos. "Es importante que las instituciones se den cuenta de que transmitimos valores, no problemas. Es vital formar en sexología para evitar que se confundan conceptos", afirmó. Su charla se enmarcó en el Curso de Extensión Universitaria de Sexología, que finaliza hoy con charlas, a partir de las 9.00 horas, de Iván Rotella, Ana Fernández, Soraia Calvo y Luis Roca de Agapito.