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La Figura De La Semana | YOLANDA MIJARES SANTOS | ENTRENADORA DE BALONCESTO

El baloncesto como motor vital

La entrenadora avilesina, que lleva 38 años en los banquillos, deja el ADBA después de tres décadas liderando su proyecto deportivo

Yolanda Mijares, en un partido del ADBA. RICARDO SOLÍS

Yolanda Mijares ya no entrena al ADBA. La noticia ha sorprendido dentro y fuera del mundillo del baloncesto porque la entrenadora avilesina llevaba 29 años ligada al club, desde su constitución, y parecía una unión indestructible. No fue así por diferencias con la directiva y abre una etapa en su vida en la que difícilmente no estará el baloncesto, su gran pasión y motor vital.

Quienes mejor la conocen porque trabajaron muy cerca de ella en alguno de los 38 años que lleva ligada al baloncesto de la ciudad como entrenadora, la definen como "una persona entregada al baloncesto personal, deportiva y humanamente", y una entrenadora que se ha caracterizado por ser "hiperprotectora de sus jugadoras y superentregada a ellas".

En la cancha es pura energía; fuera, muy amiga de sus amigos, entrañable y trabajadora. Disfruta hablando con sus amigos, paseando, leyendo y con la fotografía. Valora la honradez y la fidelidad en las personas, y defiende que todos somos responsables del rumbo de la sociedad.

No está en las redes sociales, "que muchas veces se utilizan para contar mentiras de otras personas o para entablar una relación que no se quiere personalmente". Utiliza el móvil lo justo y aunque lo considera "un adelanto fundamental", limitaría su uso hasta una determinada edad "para que los jóvenes aprendan a relacionarse". No sabe muy bien lo que es "capturar pokemon", aunque algo leyó, y dice que "en la vida hay muchas cosas importantes como para andar con jueguecitos". Lo ha dado todo por el ADBA: su tiempo, su dinero y su esfuerzo e incluso ha empeñado su nombre para colaborar en la gestión del club. Una persona, en resumen, muy especial porque hay que serlo para liderar con éxito el rumbo deportivo de un club durante tanto tiempo.

Por eso es difícil pensar en el ADBA sin Mijares, pero ella asegura que no está enfadada y que descansó con la decisión. "En abril ya dije que no seguía y aunque hablé con la presidenta en julio no hubo vuelta atrás. No pasa nada. Yo ya hice mi camino, la vida ya me ha colocado en mi sitio y al ADBA vendrá otra persona que lo hará mejor". No esconde que le habría gustado retirarse en el club pero, explica, "pienso que ahora tienen otra idea y que yo me tengo que apartar".

Es una mujer de fuerte carácter con las ideas muy claras y, aunque eso provoca discrepancias a menudo, asegura que es lo que le ha permitido llegar hasta donde ha llegado. Eso, y su pasión por enseñar a jugar al baloncesto porque tiene una magia especial para tratar a las jugadoras.

Es muy concienzuda entrenando y tiene toda la paciencia para repetir las cosas las veces necesarias. Siempre enfocó el trabajo hacia la base para conseguir que las jóvenes avilesinas puedan llegar lo más arriba posible y se va del ADBA pensando que es "el mejor club porque tiene la estructura y las personas adecuadas para hacer baloncesto femenino".

De estos 29 años se queda con las jugadoras y con la gente que ha conocido. "Todas las personas te dejan algo y eso es la esencia de la vida porque cuando el camino se pone duro o cuando hay algo que celebrar es bonito tener a alguien al lado". Y lo menos positivo es "que me haya tenido que ir porque no nos hayamos entendido después de tantos años".

La relación de Mijares con el baloncesto empezó con 15 años, y el primer uso que le dio al balón fue para sentarse sobre él mientras veía entrenar al equipo del instituto. Todo cambió cuando el técnico, Candi Coto, la invitó a jugar porque faltaba una. A partir de ahí sólo estuvo un año sin baloncesto, cuando hizo Medicina. Empezó a entrenar a los 18 años en la Atlética y no le gustaba nada, sólo pensaba en jugar, pero antes de que concluyera el año ya estaba enganchada. Asistió a cursos por toda España y así fue aprendiendo y creciendo a medida que mejoraban sus jugadoras.

Asegura que el baloncesto la enganchó porque "Candi Coto me hizo ver que es diversión y que enseña muchas cosas para la vida", y transmite a sus jugadoras que podrán llegar hasta donde quieran si verdaderamente se esfuerzan. Considera que es muy importante para Avilés tener un equipo en Liga Femenina 2 y que la ciudad lo valora, "aunque no siempre lo demuestre".

Es reticente a hablar de sus méritos deportivos, pero es un hecho que disputó varias fases de ascenso (cinco a Liga Femenina), fue detectora de talentos de la Federación Española, seleccionadora de Asturias, y tiene tres medallas de oro como campeona de Europa con la selecciones sub-14 y sub-16, además de mejor entrenadora varias veces.

La incógnita ahora es su futuro. La mayoría de sus conocidos no la ven embarcada en un nuevo proyecto, pero ella no lo descarta. "Ya veremos. Ahora voy a descansar, pero todo es esperar y si alguien me llama yo tengo la puerta abierta porque soy entrenadora. Depende del proyecto y del ánimo, pero claro que puedo entrenar en cualquier otro sitio".

Su últimas palabras son de agradecimiento "a todas las jugadoras que he tenido el honor de dirigir", a los entrenadores de base "que compartieron el camino conmigo" , a quienes le han apoyado social y económicamente, y al club "que irá muy bien".

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