El siglo XIX se coló ayer en las galerías de la mina de Arnao. La luz eléctrica se apagó y los visitantes avanzaron por las galerías en la penumbra, sólo con la luz de los candiles. El ambiente de "La noche en la mina" simuló al que rodeaba a los mineros del siglo XIX. "La mina recupera con esta iniciativa las condiciones de oscuridad y humedad, con el vaho saliendo de las bocas como vapor de industria que tenían los mineros cuando se abrieron las galerías en 1833", explicó el director cultural del Museo de la Mina de Arnao, Iván Muñiz, que fue el encargado de poner en marcha la escenografía.

Sólo 50 personas de todas las edades y repartidas en cuatro grupos tuvieron la oportunidad de vivir ayer la experiencia sensorial en las galerías de Arnao. La mayoría de los visitantes procedían de Castrillón, de la comarca de Avilés, Oviedo y Gijón. Las entradas se pusieron a la venta el martes y se agotaron rápidamente.

La iniciativa se organizó por primera vez en 2014 y durante ese año se celebró en dos ocasiones con la participación de casi 100 visitantes. "Es una actividad más para acercar a los visitantes a las condiciones de trabajo en las galerías subterráneas de Arnao hace casi 200 años", explicó Muñiz.

"Es una sensación increíble para todos los visitantes. No permitimos que hagan fotos para destacar aún más las sensaciones que están viviendo en este recorrido", manifestó Elvira García, una de las guías del Museo de la Mina de Arnao que gestiona la empresa Sadim del Grupo Hunosa, en el silencio sepulcral en el que se desarrolla el recorrido.

"La noche en la mina" es una de las actividades especiales que se organizan en las galerías de Arnao que también han acogido conciertos o exposiciones. Las entrañas de la mina de Arnao se abrieron en 1833; el ingeniero belga Armand Nagel inició entonces los primeros trabajos en el pozo conocido popularmente como "El Güelo" por ser el primero de carbón que se perforó en Asturias. La concesión de la mina la había obtenido la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM). En 1903 comenzaron los problemas en el pozo de Arnao por las filtraciones de agua del mar. En 1905 se produjo una gran filtración que obligó a reducir la extracción de carbón y, finalmente, se cerró en 1915.