Juan Casas, el fundador y principal responsable veinte años después del Festival Intercélticu de Avilés, confiesa que se encuentra "matao" físicamente, pero exultante en cuanto a estado de ánimo una vez clausurada la última edición del certamen folclórico que cada verano inunda la ciudad de música, baile y cultura de los países y regiones del Arco Atlántico. "Creo que por primera vez en mucho tiempo Avilés está contento por el desarrollo del Festival, lo cual nos hace muy felices y nos anima a seguir adelante", comenta, a modo de balance de urgencia de un festival que tiene un historial cargado de altibajos y alguna que otra sonada polémica.

Casas opina que la clave de la buena crítica del Intercélticu, aparte de un programa de actos más diverso y completo que en años pasados, ha sido el cambio de ubicación. Después de peregrinar por la plaza de Carlos Lobo y sus inmediaciones, el parque del Muelle y el Carbayedo, el festival celta recaló este año en la pista de La Exposición de Las Meanas y la respuesta popular fue extraordinaria e hizo cosechar al certamen un llenazo tras otro. "El sitio es excelente, ideal para el formato en el que habíamos pensado; la aceptación del mismo por parte de la responsable municipal de Festejos fue una gran satisfacción y, a la vista de los resultados, un acierto. Sin duda trataremos de repetir para años próximos", explica el director del Festival y también responsable de "Esbardu", la asociación folclórica que se ocupa de la organización.

El "formato" al que alude Casas -puestos ambulantes que recreaban un mercado medieval, un área infantil, carpas que vendían comida y bebida y hasta atracciones infantiles- supone un punto de inflexión en la trayectoria del Intercélticu, según el responsable de la organización "porque no queda más remedio que ir por el camino de generar ingresos propios en torno al Festival; las ayudas públicas se vinieron abajo y los patrocinios privados, lo mismo". Esa "mercantilización" del Intercélticu generó protestas de algunos hosteleros, quejosos porque la gente se concentró en Las Meanas y vació otros lugares de la ciudad: "Es cierto que el meollo del Intercélticu estuvo en La Exposición, pero el festival también mantuvo su esencia en lo tocante a organizar pasacalles y actividades en otras zonas de Avilés. Lo que los hosteleros deberían entender es que no podemos poner el Intercélticu delante de sus negocios sin una contrapartida a cambio".