Daniel García Becerril asumió ayer por la mañana todo el poder en el Grupo Melca después de que el Registro Mercantil aceptara inscribirle como liquidador de una corporación empresarial que creó su padre, José Luis García Arias, en 1970. La primera decisión de García Becerril ha sido ordenar el traslado de la sede social de la corporación que da empleo a 150 trabajadores de la quinta Pedregal a las antiguas oficinas de la calle del Prado, hasta su disolución definitiva. Además, contrató un camión de mudanzas para que trasladase a la nueva dirección documentos referidos a la contabilidad y facturas, presumiblemente, de los últimos cuatro años de actividad del conglomerado, cuya liquidación tiene encomendada por la mayoría accionarial, esto es, por su madre, Isabel Becerril, y su hermana Elena García. El fundador, García Arias, ha sido desposeído de cualquier papel de decisión y su hijo mediano, Miguel García, que le había apoyado desde que estalló la crisis, el pasado 6 de mayo, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA, ha pasado de apoderado del holding de empresas a empleado.

"La decisión de destituir a José Luis García Arias como administrador responde exclusivamente a razones empresariales y en interés del Grupo, por discrepancias muy serias con su gestión", señaló Daniel García Becerril a través de un comunicado de prensa. "La mayoría de los socios no estábamos conformes con la concentración del riesgo en bolsa, en detrimento de la inversión empresarial u otras de menor volatilidad y mayor valor añadido para el futuro del Grupo", apostilló el liquidador de la corporación, que tiene un patrimonio neto valorado en 100 millones de euros y que en los últimos años no ha hecho otra cosa que cosechar ejercicios contables con beneficios.

Daniel García Becerril aprovecha el comunicado para reconocer "como no podía ser de otro modo, la labor desempeñada por el fundador". "Pero está en la naturaleza de las empresas sobrevivir a las personas y el relevo generacional, en este caso, es necesario", añade. Y continúa el liquidador del grupo: "Nuestro único objetivo es trabajar en favor de Melca y recuperar la senda de crecimiento que se había perdido en los últimos tiempos por una gestión, cuando menos, desafortunada". Y cierra su comunicado: "Queremos dejar claro, de una vez por todas, que la única sociedad que entrará en proceso de disolución es la matriz, Cartera de Inversiones Melca, no así sus filiales, que seguirán funcionando como hasta ahora. Por lo tanto, la viabilidad del Grupo está asegurada".

Se da la circunstancia, sin embargo, de que la parte derrocada estudia ahora "impugnar el apunte en el Registro Mercantil de Daniel García Becerril como liquidador" al considerar que este cargo lo asumió tras una junta de accionistas cuya legalidad fue puesta en duda, como desveló también este periódico, por el propio notario que levantó acta de la misma. "La pelea se traslada a los tribunales: han puesto al zorro a vigilar el gallinero", señalaron fuentes cercanas a José Luis García Arias.

Asimismo, la parte derrocada reitera -ya lo hizo en estas mismas páginas- que García Becerril podría incurrir en incompatibilidad para dirigir la compañía al poseer otra con el mismo interés comercial que Melca. García Becerril tiene el encargo de la junta de accionistas de liquidar la corporación matriz de la que cuelgan once sociedades. El primer paso de su encomienda es presentar antes del 25 de octubre de un informe de propiedades de la corporación y, posteriormente, tiene hasta tres años para transformar en dinero cada una de esas mismas propiedades. El fin último de la liquidación es pagar proveedores, nóminas y socios. García Becerril considera que es "un proceso perfectamente reversible y que no implicará ni la venta ni el cierre de las filiales". Según fuentes consultadas, esta reversibilidad se tiene que dar con el acuerdo del 100 por ciento de la propiedad y tal cual están las cosas en Melca actualmente parece un escenario alejado de la realidad.

A la vez que Daniel García Becerril ha tomado posesión del Grupo Melca se ha hecho, asimismo, con la administración de la sociedad Montajes Eléctricos del Cantábrico (Melca), la primera pieza del imperio que fundó José Luis García Arias. Melca tiene un capital social de algo más de 4 millones de euros y su razón social es la exportación. La otra empresa que gestionará directamente es Secal, que carece de actividad desde hace tres años, aunque no de capital social (100.000 euros). La mayoría accionarial ha determinado que Isabel Becerril se encargue de la administración del Hotel Villa de Avilés de manera personal (su experiencia en la gestión empresarial comienza ahora). Su hija, Elena García, por su parte, se encargará de la administración del resto de las compañías. Miguel García, por su lado, ha pasado de ser apoderado de la corporación a empleado de la empresa Arside Construcciones Mecánicas. El Grupo Melca tiene intereses en la industria auxiliar, farmacéutica, sanitaria e inmobiliaria.