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RAFAEL ARENAS | Jurista y presidente de la organización Sociedad Civil Catalana

"Cataluña está dividida desde el Gobierno hasta las asociaciones de vecinos"

"Los resultados del 26-J indican que la idea de ruptura unilateral está perdiendo apoyo en la sociedad catalana"

Rafael Arenas, en un momento de la entrevista. MARA VILLAMUZA

El jurista castrillonense Rafael Arenas (Vegarrozadas, 1967) preside desde septiembre de 2015 Sociedad Civil Catalana (SCC), una organización transversal contraria al nacionalismo catalán y a la secesión. El colectivo reivindica una "España orgullosa de su diversidad". "Cataluña es plural, no de los nacionalistas, y España tiene que asumir que es un país diverso. Tan español es alguien de Chamberí como alguien que vive en Gerona y que su lengua materna es el catalán", defiende Arenas, que se encuentra de vacaciones estos días en la casa familiar de Vegarrozadas.

-¿Cómo un asturiano de Vegarrozadas acaba presidiendo una organización contra el nacionalismo catalán?

-Pues es una buena pregunta (ríe). Ha sido algo muy gradual. Llevo veinte años en Cataluña. Nunca he estado metido en política pero desde 2007 tengo un blog personal, y a medida que iba aumentando la presión nacionalista, empecé a escribir más de los temas políticos. Eso me hizo entrar en contacto con otras personas que también escribían de estos asuntos desde una perspectiva contraria al separatismo. En 2013 creamos el blog "Puerta de Brandemburgo" con Sonia Sierra, que ahora es diputada por Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña y que entonces no tenía participación política. Ese blog se hizo conocido y cuando empezaron las reuniones que acabaron en SCC nos invitaron a participar. Me impliqué, participé en la fundación y me integré en la junta directiva en 2014. El pasado septiembre, tras la dimisión del presidente, me lo propusieron a mí y tras mucho pensarlo accedí.

-¿Qué consecuencias cree que ha tenido hasta el momento el "procés"?

-Una compañera dijo cuando estaba empezando todo esto que no sabía si Cataluña acabaría siendo un Estado, pero que estaba segura de que nunca volvería a ser una nación, en el sentido de una comunidad que se siente identificada con unos valores. Lo que se ha producido es lo que el propio Artur Mas dijo en su momento, una fractura de la sociedad catalana. O estás a favor o en contra de la independencia, y el nivel de incomunicación entre estos dos sectores es muy alto. Para mí lo más grave es que se ha producido esa fractura de la sociedad catalana. Se ha roto ese marco de convivencia que teníamos. La otra consecuencia es que el proceso de estos últimos años ha exacerbado todos los vicios que tenía el problema nacionalista desde hace décadas.

-¿A qué se refiere?

-Los nacionalistas diseñaron un plan para recrear una nación catalana que ellos tienen en la cabeza, y para ello utilizan intelectualidad, medios de comunicación públicos, la escuela, y todo esto en los últimos años se ha exacerbado. La apropiación de las administraciones públicas por parte de los independentistas es cada vez más clara, la utilización de los medios de comunicación cada vez más aberrante... Tenemos un problema bastante serio. Y bajo mi punto de vista, desde que el nacionalismo empezó a gobernar en Cataluña, la ha apartado de una participación plena en el proyecto común español. Esto es muy perjudicial para Cataluña y para el conjunto de España.

-¿Pero la sociedad catalana está fragmentada realmente o es una cuestión política?

-Está fragmentada. Lo que pasó en Balaguer y en Mataró no es fractura social. Unos padres pidieron que el 25% de la enseñanza fuera en castellano (algo que los tribunales han establecido ya en varias decisiones, no puede ser que el 100% se dé en catalán). Cuando estos padres pidieron esto les montaron un escrache delante del colegio y tuvieron que llevarse a los niños a otro centro, a 30 kilómetros de distancia. ¿Cómo se puede decir que no hay división? Para los independentistas es una cuestión política, como acabas de decir. Y eso también es significativo. En Cataluña hay una división que va desde el Parlamento y el Gobierno hasta las asociaciones de vecinos.

-¿Cuál es su análisis del resultado de las elecciones generales del 26-J?

-Pues es un resultado muy interesante, porque quien ha ganado claramente es un partido que se ha apartado del unilateralismo de los independentistas, la lista de Xabier Domènech con el apoyo de Ada Colau, vinculado a Podemos, que defiende un proceso constituyente en Cataluña pero rechaza la vía unilateral. En las últimas semanas en el Parlamento de Cataluña hemos tenido la ocasión de ver como se apartaban de una manera muy explícita de los planteamientos unilateralistas de Esquerra Republicana, de la CUP y del Partido que antes se llamaba Convergencia. Estos partidos, además, han retrocedido bastante, por primera vez Convergencia no tiene grupo. Para mí esto indica que la idea de ruptura unilateral, de independentismo sí o sí, está perdiendo apoyo en la sociedad catalana.

-¿El referéndum no puede ser una solución para conocer lo que piensan realmente los catalanes o hay demasiado temor a las consultas populares, máxime después de la experiencia del "Brexit"?

-Las consultas populares son un instrumento como otro cualquiera, pero los referéndum no se hacen para ver lo que piensa la gente, sino para confirmar decisiones políticas. Para saber lo que piensa la gente se hacen encuestas. El referéndum no es la solución porque ha quedado demostrado en otros países donde se han hecho, como en Canadá, en Escocia o ahora con el "Brexit". Haciéndolo se reconocería que el conjunto de los catalanes son un sujeto político con capacidad para decidir si está con el resto de los españoles o si quiere un estado independiente. Y ahí ya no hay vuelta atrás. El referéndum ya reconoce la soberanía de Cataluña.

-¿Y cuál es la solución?

-¿Cuál es el problema para saber cuál es la solución?

-Soy toda oídos.

-Para mí el problema es que en Cataluña asistimos a una revolución institucional clarísima. Tanto la Generalitat, como el Parlament como muchos ayuntamientos están haciendo expreso que no actuarán dentro del marco legal. Fuera del marco legal no hay vida política. En esto tienen mucha responsabilidad los partidos políticos a nivel de toda España. Tienen que lanzar un mensaje muy claro de que el cumplimiento de la ley no es negociable. También nos vendría muy bien un proyecto español y europeo ilusionante. En el mundo global hay la tentación a volver al localismo, pensando que aislado vas a vivir mejor. Tenemos que convencernos todos de que en el mundo global la Unión Europea es insustituible, sin ella los ciudadanos de Asturias, del conjunto de España, no tendrían ninguna voz en el mundo global. Y dentro de la Unión Europea, España es un país que es respetado y admirado muchas veces.

-¿Es de los que cree que habrá de nuevo elecciones generales?

-No lo sé, la verdad. Unos días antes del 26-J hicimos una porra en una cena de amigos y puse que sí. Luego pensé que sería imposible, porque sería un desastre muy grande para España. Ahora mismo no lo sé, porque no han hecho lo que yo pensaba que harían. El mismo día de las elecciones escribí en mi Facebook que los líderes de los cuatro partidos mayoritarios deberían estar ya esa mismo noche reunidos en el Congreso hasta que llegaran a un acuerdo en sentido amplio. Que asuman que en España no puede estar en interinidad de esta manera. El Brexit es un desafío enorme de consecuencias históricas... Ellos (los líderes políticos) son los que lo tienen que encontrar la manera de que haya un gobierno sólido. El PP tiene que asumir que está muy lejos de tener los diputados suficientes para poder gobernar, y los otros que el PP ha ganado pero necesita por el bien de España que haya acuerdos para gobernar. El PP, además, tiene que ser flexible. Pero no han hecho nada aún.

-¿Cómo ve Asturias desde la distancia?

-Pues la verdad es que hay muchos debates del día a día que ya no sigo. Cuando vengo aquí, y hablo con mi familia y amigos, lo cierto es que tengo la sensación de que las cosas van bien. Están las dificultades que por desgracia se dan en toda España como consecuencia de la crisis, pero veo que en sitios donde antes no había vida hay iniciativas. Por ejemplo, en Salinas hay un montón de escuelas de surf, en Piedras Blancas veo muchísima vida en la calle. Y yo creo que la sociedad asturiana tiene algo muy importante, una enorme cultural en general, ya lo decía Gustavo Bueno. Y yo creo que eso se nota. Hay una vida cultural enorme y eso es muy importante, porque es lo que nos hará tener un elemento diferencial.

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