"Fue como una explosión. Yo pensaba que había reventado algo en Arcelor". Con estas palabras definió María López, vecina de la urbanización Los Balagares, el estruendo ocasionado por un rayo que cayó y destruyó la chimenea del bloque 37 de la avenida de Los Balagares en el que, afortunadamente, no había nadie al no ser el lugar habitual de residencia de sus propietarios. "Fue en torno a las dos de la madrugada. El sonido fue muy fuerte y me levanté a ver qué era. En ese momento ya vi cascotes por la calzada e, incluso, en mi parcela", relató la vecina, que vive en la acera de enfrente del domicilio afectado. "Supongo que no habrá ningún problema para que el seguro se haga cargo de los desperfectos. El mayor riesgo ahora es que pueda haber algún desprendimiento al intentar retirar los fragmentos que hay dispersos bajo la casa", advirtió la residente quien confesó que, "después del susto", tardó en volver a conciliar el sueño "varias horas".

Más de cerca le tocó vivirlo a Concepción Peláez, que comparte paredes con el inmueble alcanzado por el rayo. "Me tembló hasta la cama. Fue un susto tremendo", explicó Peláez quien, asegura, no vio que la chimenea de sus vecinos había sido destruida "hasta la mañana" de ayer. "Primero pensamos que había caído en un árbol o en casa de los vecinos de enfrente; pero cuando nos levantamos ya vimos todo lo que había por el suelo", expresó. En el momento del suceso, Peláez estaba "medio dormida", y la que se llevó el mayor susto fue su hija. "Estaba despierta y con la ventana abierta. Dijo que se iluminó toda la casa. Ella tiene pánico a las tormentas y, tras el fogonazo, tuvo un ataque de nervios", añadió la corverana, a la que la tormenta estropeó una televisión y un descodificador de señal.

En el hotel URH Zen Balagares, ubicado a escasos metros de la casa afectada, también se hizo sentir la tormenta. Y es que las descargas eléctricas dejaron sin servicio telefónico al hospedaje durante el día de ayer. "Con los rayos se fue la corriente durante unos segundos, pero lo único que ha fallado es el teléfono", aseguraron fuentes de la empresa, que cuenta con un generador de electricidad para emergencias "que no tuvo que entrar en servicio", y a la que la falta de comunicaciones le supone "haber podido perder reservas".

El club de golf Los Balagares, situado en la misma zona, también tuvo problemas similares. "Por la mañana no funcionaba el teléfono y, de momento, no tenemos electricidad en algunas fases", relató Nacho Fernández, empleado de la compañía. "Cuando llamamos para que nos reparasen las averías, los técnicos nos dijeron que estaban saturados, por lo que entendemos que la tormenta habrá causado daños en más sitios", agregó.