Los nuevos siete "Corveranos ejemplares" que el próximo día 9 a mediodía recogerán los galardones que les corresponden en un acto que se desarrollará en el Llar de Las Vegas tienen algo en común: ninguno se cree merecedor de tal distinción, aunque cada uno de ellos es digno de este reconocimiento que entrega el Ayuntamiento de Corvera desde el año 2012. Los galardonados este año son Antonio Martínez Valdivieso, tallista; Bernardo Rodríguez Cánovas, arquitecto, María del Mar Rodríguez, profesora ya jubilada; Sergio Rodríguez, promotor musical; Ana María Sánchez, bióloga y Celestina Rodríguez y Silvia Menéndez, madre e hija que han superado un cáncer de mama al mismo tiempo.

Antonio Martínez Valdivieso es un tallista de Las Vegas, aunque nació en Granada. Llegó al concejo que ahora le hace "ejemplar" en noviembre de 1958 con un objetivo: trabajar en la "fabricona". "Mi oficio siempre fue el de tallista. Me vine de Granada a trabajar en Ensidesa, pero siempre fui tallista, desde los doce años, y espero morir en el taller", confiesa. Agrega: "Ahora tallo todo por afición, no hago las piezas para venderlas sino para disfrutar y dárselas a mi familia y amigos", afirma el Corverano Ejemplar más veterano que ayer, en un encuentro con el Alcalde, Iván Fernández, prometió exponer algunas de sus joyas en el Llar y se comprometió a interpretar con la zanfona el "Asturias Patria Querida" como broche de oro de la entrega de las distinciones el próximo viernes.

Bernardo Rodríguez Cánovas también es un hombre inquieto. El arquitecto colabora activamente con un buen número de asociaciones que desarrollan labores humanitarias en los cinco continentes. "Estuve en Brasil mucho tiempo haciendo temas humanitarios con los rotarios. Allí hice todo lo que me pedían, desde asesoramiento en general hasta asesoramiento como arquitecto técnico, que es la profesión que tengo aquí", comenta el corverano, natural de Nubledo pero vecino de Avilés. Cánovas tiene muchas condecoraciones: la del Comendador de Gracia, de la Orden Militar de San Lázaro de Jerusalén, de la Liga Naval Española. La última de ellas fue la Cruz del Mérito Humanitario. También tiene medallas de otro tipo, como las de oro en la categoría veteranos que acaba de conseguir en Corea en dos trofeos internacionales de taekwondo. "También fui piloto de aviación, aún vuelo, y soy capitán de yate", añade. Todas esas medallas son un premio a una trayectoria ejemplar y ahora suma un reconocimiento más, el que le dará el Ayuntamiento de Corvera.

María del Mar Rodríguez se jubiló en septiembre de 2015 como directora del colegio de Los Campos tras 37 años y medio en la docencia, 32 de ellos en el centro corverano en el que finalizó su carrera. "Siempre me gustó mucho mi trabajo. Lo que no me gustó tanto fueron los últimos 14 años, que tuve que ejercer de jefa de estudios y de directora. Esos cargos no me gustan, a mí lo que me gusta es enseñar Educación Física, que además es una asignatura muy agradecida", señala la maestra.

Y es que han sido muchos años viendo crecer a generaciones y generaciones de alumnos, entre ellas la del alcalde corverano. "Los niños cambiaron muchos en estos años. Antes los críos creo que disfrutaban más, ahora tienen más actividades, pero antes con menos donde elegir lo apreciaban más", sentencia. Los inicios en la educación física no fueron fáciles, pero no se arrepiente: "Al principio no fue fácil, a los alumnos les costó encajar que una maestra mujer les diera Educación Física, no era algo normal", explica. Pronto empezó a dirigir entrenamientos de diferentes deportes tras las clases. "Cuando se dieron cuenta de lo que me gustaba el deporte, del trabajo que hacía, aceptaron mi condición de mujer", recuerda. Fue una pionera: "En Los Campos se cuidó mucho siempre la asignatura, porque yo fui de las primeras en hacer la especialidad, y se convirtió en centro piloto de la educación pública".

Sergio Rodríguez es el gerente de los estudios musicales "Tutú", cuyas instalaciones están en Los Campos. "Es complicado sacar adelante un estudio aquí y tuve tentaciones de marcharme a Madrid, pero la tierra tira y hoy en día se puede trabajar a través de internet", comenta el gerente, que también es músico. Echa algo de menos el "boom" de la música folk, pero su amor por la música va más allá de los estilos.

Sergio Rodríguez toca el bajo con un par de grupos "Alto Volto" y "Electric Bufalo", está girando con "Desakato", y en su día formó parte de "Deltonos" o "Tejedor", entre otros. "Ahora mismo puedo dar gracias de que la parte profesional la tengo bien cubierta y el bajo lo veo con otros ojos, para disfrutarlo", explica el corverano. Y es que no se puede quejar, porque vive de lo que le gusta: "La verdad es que la industria viene reciclándose desde hace años y hay trabajo, nuevas tendencias, ahora cada vez hay más bandas de pop rock y rock progresivo. Somos pocos estudios y hay para todos", afirma este corverano que, a juicio de Fernández, es un ejemplo de la "gran cantera" de músicos existente en Corvera que ahora tendrá locales de ensayo en el concejo.

A estos cuatro corveranos ejemplares se suman tres luchadoras contra el cáncer que también estarán en El Llar de Las Vegas el 9 de septiembre recibiendo su homenaje: Ana María Sánchez, bióloga que investiga la enfermedad y Celestina Rodríguez y Silvia Menéndez, madre e hija, firmes activistas en la lucha contra el cáncer que ellas mismas superaron después de un duro tratamiento. Las tres destacaron la necesidad de mayores medios para vencer al "monstruo" del cáncer. Ayer, en un encuentro de los nuevos "Corveranos ejemplares" con el alcalde, Iván Fernández valoró la valentía de Rodríguez y Menéndez, de las que dijo que eran un "ejemplo para quien sufre un cáncer". También ensalzó la labor de la joven bióloga corverana: "Tras la curación hay jornadas maratonianas de trabajo de personas como Ana María que casi siempre trabajan desde el anonimato".