La explanada del muelle de Luanco fue ayer el insólito escenario de la boda entre los luanquinos Esther Sierra y Francisco González. La pareja contrajo matrimonio el viernes en un juzgado de paz gijonés, pero sin embargo, decidió celebrar su enlace ayer en el puerto viejo. "Creí que se le pasaba el arroz", bromeó Elisa Martín, madre del novio momentos antes del enlace.

La maestra de ceremonias de la boda fue Conchita Velarde, presidenta de Foro Gozón y amiga de la pareja. Momentos antes, la novia arribó al puerto subida en una lancha, mientras en tierra Francisco González la esperaba para dar comienzo a la ceremonia.

El acto congregó a decenas de personas en el muelle viejo luanquín, entre invitados y vecinos curiosos, que no querían perderse detalle de la primera boda en el entorno de una instalación portuaria en el Principado de Asturias.

Tras la ceremonia, el más de un centenar de invitados al enlace de Esther Sierra y Francisco González degustó una cena en un conocido restaurante de la calle Ortega y Gasset, en pleno casco urbano de Luanco.