El buque alemán "MS Europa" rompió la bruma que cubría ayer a primera hora de la mañana la ría de Avilés. Atracó en la dársena de San Agustín con media hora de retraso sobre el horario previsto. Los casi trescientos viajeros desembarcaron después de desayunar. En los muelles les aguardaban media docena de autobuses con destinos tan dispares como Gijón, Oviedo o la propia Avilés. Los viajeros -más de tres centenares- se distribuyeron según sus deseos. Los que eligieron Avilés se detuvieron en el parque del Muelle y, desde allí, recorrieron la ciudad acompañados por una guía profesional que les explicó la historia de edificios tan significativos como el Ayuntamiento o la iglesia de San Nicolás.

Hubo, sin embargo, quienes decidieron no descender a tierra firme: desde el Niemeyer los curiosos observaron a viajeros que desayunaban y leían la prensa en las terrazas de babor. El "MS Europa" cuenta con 204 camarotes que en su publicidad se califican como "suites". La mayor parte de ellos, con terraza.

Pero estos viajeros alemanes no fueron los únicos visitantes que tuvo la ciudad ayer. La Oficina de Turismo, en la calle de Ruiz Gómez, organizó varias visitas guiadas con viajeros -estos españoles- que armados con sus planos y los recorridos marcados conocieron de primera mano lo que la ciudad escondía bajo un manto de bruma que no se disipó hasta bien entrado el mediodía.

"Las fechas buenas fueron las del verano, está claro", admitió María José Arias, la directora del Hotel 40 Nudos. "Pero ahora observamos que son muchos los que se acercan al mostrador a pedir habitación. Sin reserva previa", añadió. El verano cede el testigo a un otoño que, por el momento, tiene fechas señaladas: Jornadas del Cómic y varios eventos profesionales.