Los centros de Formación Profesional (FP) también se quejan de que el curso comienza con vacantes en la plantilla, lo mismo que ocurrió hace unos días en los institutos. Y es que la Consejería de Educación no convocó a tiempo las plazas, por lo que muchos estudiantes pasarán, al menos, una semana sin profesores. Por poner un ejemplo, en el Centro Integrado de Avilés faltan tres profesores, y no es un caso único en Asturias. Estas tres vacantes forman parte de la FP básica, destinada a alumnos que no concluyeron la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Enrique Fernández, secretario general de enseñanza del sindicato Comisiones Obreras (CC OO) de Asturias, explicó ayer que hay centros afectados por estas vacantes que están reclamando a Educación que nombre a los profesores necesarios, pero que temen que el remedio no llegue tampoco la próxima semana. "Comienza el curso, el consejero dice que todo es normalidad pero esa normalidad es mentira, porque no se puede empezar el curso con falta de profesores", criticó Fernández. Y es que, además, ya llueve sobre mojado. "En Primaria y Secundaria salieron 634 plazas en segunda convocatoria, con el curso ya comenzado. Ahora en FP volvemos a estar igual".

Los colegios e institutos de la comarca avilesina iniciaron el curso con 84 plazas de profesorado sin cubrir. De todas estas plazas, los sindicatos ponen el acento en aquellas que son vacantes, esto es, que no tienen ningún profesor titular, ya que podrían haber quedado cubiertas en la primera convocatoria de interinos, semanas antes de que comenzar ale curso. De las 84 plazas que estaban sin cubrir en los colegios e institutos de la comarca en el momento de comenzar las clases, 27 eran vacantes, y el resto bajas temporales que pueden tener una duración muy diversa, desde unas semanas a varios meses.

CC OO también critica la tasa de temporalidad de las plantillas, que es del 26 por ciento, y el 33 por ciento de los contratos se corresponde con las medias jornadas: de cada tres, una. Y es que, según los sindicatos, esto tendría que ser una excepción pero va camino de convertirse en una norma y además dificulta los proyectos de centro. La aspiración sindical hace unos años era reducir la tasa de temporalidad al 8 por ciento, pero ahora el porcentaje es mucho más elevado.