La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

García Munté monta en Avilés el almacén de carbón "más limpio del mundo"

La empresa ha elevado a seis millones su inversión en el puerto para poder operar dentro de un año con niveles mínimos de emisiones a la atmósfera

"Yo al menos no conozco otra instalación portuaria para el almacenamiento y manipulación de carbón tan limpia como la que en unos meses estará funcionando en Avilés". Son palabras de Carlos Goenaga, director de operaciones de García Munté, la empresa que ha apostado por el puerto de Avilés como puerta de entrada a España del carbón que importa y que luego distribuye por el tercio noroeste peninsular. Unas palabras que vienen avaladas por una inversión de seis millones de euros para construir un almacén carbonero que aspira a ser un referente medioambiental en un puerto, el de Avilés, que está en el punto de mira por la importante contaminación que genera la descarga, manipulación, almacenamiento y expedición de graneles (minerales y cemento, fundamentalmente). La inversión, según Goenaga, ha aumentado un 20 por ciento, "pues en principio el plan era gastar cinco millones".

El proyecto de García Munté para el puerto de Avilés pasó ayer, precisamente, por la mesa del consejo de administración del Puerto, órgano que concedió una prórroga de trece meses a la empresa para que concluya todas las obras que tiene previsto ejecutar de cara a lograr el objetivo de adecuar su almacén de carbón a las exigencias ambientales. "Acumulamos un cierto retraso en las obras por temas de papeleo administrativo", precisó el responsable de la importadora de carbón, que a renglón seguido asegura que en el plazo de un año "habremos adecuado nuestras instalaciones en el puerto de Avilés de forma que sean las más limpias del mundo".

Para lograr ese ambicioso objetivo ya se han dado algunos pasos, como la puesta en funcionamiento de un lavarruedas que evita la dispersión del polvo del carbón que se adhiere a los neumáticos de los vehículos que entran a la parcela de García Munté donde se almacena carbón en pilas. Estos días está siendo instalada un recribadora de vía húmeda, un aparato que clasifica el mineral según su grosor sin arrojar a la atmósfera las nubes de polvo que otros sistemas antiguos y menos sofisticados no lograban evitar. Según Goenaga, la máquina entrará en servicio a mediados del próximo mes de octubre y cuenta con una mejora añadida: las cintas transportadoras son "ecológicas y capotadas" (van cubiertas con capotas), como las que en su día instaló Asturiana de Zinc para evitar que una vez en funcionamiento espolvoreen por las inmediaciones del puerto todo tipo de residuos.

El proyecto de García Munté para adecuar su concesión portuaria de Avilés (una parcela de 67.000 metros cuadrados) a la normativa ambiental prevé levantar un muro perimetral de cuatro metros que detenga las posibles emisiones de polvo -"sopesamos incluso elevar la altura a cinco metros", apunta Goenaga-, instalar cañones de riego que combatan el polvo, la aplicación de productos "costrantes" para fijar los finos del carbón en las pilas, habilitar un espacio de aproximadamente 2.000 metros cuadrados bajo techo para guardar carbón seco y construir una balsa de decantación para recoger los limos que se producen cuando llueve (lo cual implica, a su vez, la construcción de canaletas conductoras de las aguas pluviales).

García Munté es líder en la distribución de combustibles sólido en España, Portugal y Marruecos y mueve cada año en sus almacenes distribuidos por todo el mundo del orden de 4 millones de toneladas de carbón, de las cuales 600.000 corresponden a las que llegan por barco al puerto avilesino. Esa es la previsión de tráficos para el año en curso y la que espera mantener la empresa en ejercicios futuros.

Compartir el artículo

stats